Editorial

Al deporte hay que meterle más dinero

Londres 2012 pasará a la historia como el año de quiebre del deporte, pero hay que invertir en formar deportistas élite

Londres 2012 pasará a la historia como el año de quiebre del deporte, pero hay que invertir en formar deportistas élite

Hace un  par de semanas, cuando comenzaron los Juegos Olímpicos de Londres, comentamos ampliamente sobre un modelo económico diseñado por las firmas Goldman Sachs y Price Waterhouse Coopers en el que desarrollaron comparaciones econométricas para predecir cuántas medallas podría ganar un país con base en su población, el Producto Interno Bruto per cápita y su historia política. Para Colombia el modelo se quedó muy corto, de acuerdo con el balance preliminar del certamen deportivo. Que nuestros deportistas alcancen entre seis y nueve medallas, no se  compadece con la herramienta propuesta por las multinacionales, que le vaticinaban tres medallas con un rango de error de 2,16. El saldo a favor -más que rechazar ese tipo de cálculos- tiene mucho que ver con el talento, los golpes de suerte, las ganas de nuestros deportistas, y por qué no, con el bajo nivel de los competidores de muchos países a quienes les dieron más de lo presupuestado con base en sus desempeños a través de las contiendas internacionales.

Lo que sí es cierto de los modelos econométricos corridos por las firmas internacionales, es que un país que le destina gran parte de su presupuesto a la formación de deportistas olímpicos le irá mejor que a los que solo le apuestan a los golpes de suerte. En la cabeza de los rankings siempre estarán Estados Unidos, China, Alemania, Francia, Italia y Gran Bretaña, o el país que sea anfitrión. Países que no solo tienen una brillante historia olímpica, sino donde el deporte es una bandera nacional y hay talentos becados por el Estado y por la universidades. Hay otro grupo de países como Corea del Norte o Cuba, donde su prepoderancia deportiva es una cuestión de honor para sus regímenes totalitarios. Cosa similar pasaba con la antigua Unión Soviética. También hay otras naciones que a pesar de que hay costosos programas para sus deportistas o que sus gobiernos les apuestan por esta actividad para vender mejor al país, no les va bien en los juegos. Es el caso de Brasil, México, España, Holanda y todos los estados escandinavos.

Lo que han hecho los deportistas colombianos  en los Juegos Olímpicos de Londres debe convertirse en un punto de quiebre (o mejor de partida) sobre lo que debe ser el deporte nacional para el futuro. Pero hay que meterle dinero a la formación de deportistas en todas las regiones; hay que mantener y construir escenarios deportivos. Las historias de los deportistas del futuro no deben ser más lastimeras, deben ser de grandes profesionales formados para ganar, para llevar muy en alto la bandera del país como ha ocurrido en Londres. Eso no se hace con más ministerios ni con altos consejeros, eso se logra con un Coldeportes que funcione sin burocracia y con conocimiento del entorno internacional.