Editorial

Antes de que se politice Ecopetrol debe comprar ISA

El país atraviesa por el peor momento de su historia económica y hacer el convenio administrativo entre Ecopetrol e ISA es una manera conseguir dinero y preservar el bien

Editorial

La situación económica tiene que empezar a mejorar antes de que el primer trimestre haya concluido y con el paso de los meses se consiga el pronosticado crecimiento superior a 4% del que todos hablan, pero para que esto sea una realidad el Gobierno Nacional debe avanzar en una reforma tributaria bien hecha que no se ensañe con los debilitados ingresos de las empresas y las familias. Es un gran reto dadas las necesidades de inversión, el crecimiento exponencial de la deuda externa y que no se presentó en este cuatrenio un plan de ahorro estatal que bajara el enorme déficit fiscal.

La semana pasada se anunció la noticia económica del año: que Ecopetrol comprará mediante convenio administrativo 54,6% de las acciones que el Estado tiene en ISA. Una jugada polémica que le cierra el paso a los privados para quedarse con la empresa de interconexión eléctrica y la blinda de caer en los activos chinos, tal como ha sucedido en otro países de la región. El vehículo idóneo para hacer tal jugada financiera será Ecopetrol que contará con una nueva empresa en su matriz y le permitirá diversificar su portafolio de servicios más allá de la generación de energía a partir de combustibles fósiles y renovables. Los mercados de valores reaccionarán a la operación de distintas maneras, para las calificadoras seguramente la jugada financiera de “pasar dinero público de un bolsillo a otro”, no será bien visto, a los ojos de que ambas empresas de mayoría pública cuentan con otros inversionistas nacionales e internacionales que solo han sido notificados por la prensa.

La noticia financiera será inevitablemente politizada y los cercanos al gobierno la calificarán de jugada magistral, pues pondrá a Ecopetrol entre las más grandes del mundo y que de ñapa empezará a construir carreteras, tal como lo ha venido haciendo ISA con éxito en la región. Otros más escépticos lamentarán que ni EPM ni el GEB hayan aguantado la caña y hubiesen presentado una oferta seria de compra.

Crisis es crisis y no se puede negar que nada volverá a ser igual, ni que para problemas extraordinarios se requieren acciones contundentes extraordinarias, como es este convenio administrativo que nadie se veía venir y que es una jugada que aplaza por largo tiempo la verdadera privatización de ISA, por unos cinco años o más; tiempo suficiente para digerir si es necesaria esa enajenación de un activo estratégico en tiempos de mucha demanda, transmisión y eficiencia energética.

Es un hecho ya que el Gobierno negociará la venta de la empresa ISA únicamente con Ecopetrol, por lo que se descartó la inexistente propuesta que presentó el Grupo de Energía de Bogotá, apurando una solución que ahora debe acompañarse con un compromiso ese sí “vinculante” y es que la reforma tributaria que se viene será bien hecha y que no se ensañará con los contribuyentes de siempre, pues el convenio administrativo les dará más de $14 billones, casi el doble de lo que se ha recaudado en las dos reformas de este gobierno.

La anterior administración nacional vendió a Isagen con la justificación de motivos de construir carreteras y terminó usando este dinero para financiar el gasto público. Ojalá no pase lo mismo con la venta de ISA, que el dinero obtenido no se destine a pagar deuda y hacer obras transformadoras, más que a financiar un Estado que ha demostrado no saber ahorrar.

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