Editorial

Apuntes para las dos visitas presidenciales

El 15 de abril el presidente Obama hará una visita oficial y cuatro días después, Rajoy vendrá a Bogotá en el mismo plan.

Además de la Cumbre de las Américas, que eclipsará cualquier otro evento en la región, y que será una oportunidad inigualable para que la administración Santos pueda mostrar sus logros económicos ante unos 34 presidentes del hemisferio, abril también le traerá al país la visita oficial de dos influyentes líderes mundiales: el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el nuevo gobernante español, Mariano Rajoy.

El Presidente Demócrata de Estados Unidos visita por primera vez Colombia y lo hará para asistir a la Cumbre como prioridad, pero empatará su llegada a Cartagena con una corta reunión oficial con empresarios y el gabinete. Para él, es una visita clave por el tiempo electoral que atraviesa su país y porque aspira a mantenerse en la Casa Blanca por otros cuatro años, una intención que debe estar respaldada por el importante voto latino. Su visita es una jugada a varias bandas y en lo que nos corresponde, será una oportunidad inigualable para insistir en la urgencia de la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio que ya está listo, pero falta que los negocios estén al partidor.

Esta visita oficial se lleva a cabo en medio de un ambiente distinto al de otras reuniones de sus predecesores con su homólogo colombiano. La certificación en la lucha antidrogas no es un tema, la guerra contra el narco tampoco es un asunto exclusivo para nosotros, y el Plan Colombia ha dejado de ser una obsesión de los dos países. Lo que sí es importante es el respaldo de Estados Unidos para la `batalla final` contra la narcoguerrilla; la inversión de empresas estadounidenses en el país, y la urgente puesta en marcha del TLC para que los empleos prometidos se empiecen a surtir.

Colombia vive una nueva etapa que lo hace ser un jugador importante y no un país problema, lo que genera que tengamos una agenda diplomática y comercial diferente, más de `tú a tú` y menos `pedigüeña` como siempre había sucedido.

También viene el Presidente de Gobierno español con medio centenar de empresarios interesados en invertir y ganarse algunas licitaciones de las obras de infraestructura que necesita el país. Eso es perfectamente viable y en horabuena por su interés de hacer negocios en Colombia, pero el Presidente debe poner en la agenda cosas como el bienestar de casi un millón de colombianos, según cifras extraoficiales, que viven en España. Santos debe tratar el tema de los inmigrantes con Rajoy, no solo debe hablar las obras que quieren construir sus empresarios aquí, también hay muchos temas sociales de la inmigración que bien valdría la pena poner sobre la mesa. Brasil es un ejemplo de la nueva interpretación de la diplomacia.