Editorial

Bancos sólidos mejoran la competencia

La llegada de Corpbanca a Colombia es bienvenida, si viene a competirles a los locales, no a acomodarse en el mercado

La llegada de Corpbanca a Colombia es bienvenida, si viene a competirles a los locales, no a acomodarse en el mercado

La historia del sistema financiero en Colombia está signada por la constante llegada de banqueros extranjeros que buscan competir en un sector tradicionalmente dominado por inversionistas locales. Y mientras observamos cómo algunos los banqueros españoles tuvieron que partir como consecuencia de la crisis que atraviesa su economía, llegan otros del sur del continente, particularmente chilenos, que no solo han arribado con sus exitosos servicios financieros empaquetados con el retail, sino con grandes desembarcos de capital como la realizada esta semana por Corpgroup y su marca Corpbanca, que se hizo al Banco Santander y al Helm Bank en una puja casi sin precedentes.

Pero detrás de las cifras del negocio está el papel que vienen a jugar los banqueros foráneos. Cabe recalcar que Colombia es una mercado interesante para ellos porque es un país en constante crecimiento a tasas no menores de 4% desde hace varios años; una inflación por debajo de un dígito desde los años 90; un ingreso per cápita más interesante y una red industrial como pocas en la región. Aunque lo más interesante para los banqueros es la baja bancarización que hay en el país. De cada 100 colombianos solo una sexta parte tiene un vínculo con el sistema financiero. Ese 40% restante es para cualquier entidad crediticia un mercado muy interesante. Los márgenes de intermediación también es un asunto objeto del deseo, pues prestar dinero aquí es muy rentable y la tasa de usura sigue siendo controlada con un techo, factor muy criticado especialmente por los banqueros extranjeros.

Así las cosas, bienvenidos sean los banqueros de Chile, España, Canadá, Estados Unidos o Brasil, pero debe llegar a mejorar el sector, no solo para los socios inversionistas, sino para el cuenta habiente tradicional, en quien reposa la función social de cualquier sistema. En Colombia se debe bancarizar para que los estratos socioeconómicos de menores recursos puedan acceder a la banca formal, a créditos diseñados para ellos para que pueda mejorar su calidad de vida. El proceso de bancarización que se ha logrado en Colombia es hecho con base en la entrega de tarjetas de consumo, lo cual ha disparado las alertas de las autoridades económicas y financieras por los altos niveles de endeudamiento; y esas mismas autoridades solo controlan esa preocupante situación de consumo con tasas altas o con una usura muy frenada.

Los bancos extranjeros que lleguen deben privilegiar más al cuenta habiente, deben trasladar modelos exitosos que han sido probados en otros países, de tal manera que en el país ganen todos con nuevos servicios, mejor servicio al cliente, mayor competencia por hipotecas y carteras, y lo que es casi un imperativo, por responsabilidad social.