Editorial

Bolivia, cuando la pobreza derrota al Estado

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Las reservas internacionales de Bolivia han pasado de unos US$15.000 millones en 2014 a menos de US$2.000 millones este año, un país que ve fracasar su modelo económico socialista

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Diario La República · Bolivia, cuando la pobreza derrota al Estado

Haití y Bolivia tienen en común que son los países más pobres del continente americano, pero las causas de sus fallidos modelos económicos y sociales no tienen el mismo origen. Del primer caso, no es el momento para hablar, pero su miseria se centra en la corrupción de sus gobernantes; por el contrario, en Bolivia, las razones de su caos tienen que ver con el fracaso del modelo socialista que han tratado de implementar desde las épocas del Che Guevara, pasando por la injerencia de Hugo Chávez, hasta llegar al sumo del populismo del indigenista Evo Morales.

El actual presidente, Luis Arce, no solo es títere de las ideas de Evo, sino de Correa, Maduro, Ortega y avalado por Cristina Fernández, por supuesto apoyado por el Presidente de Colombia, pues están en las mismas orillas ideológicas.

Bolivia fracasa porque el modelo socialista nunca ha atacado a conciencia las bases de su miseria, que no son distintas al analfabetismo generalizado, la pobreza, los bajos niveles educativos, la falta de competitividad, la estatización de los recursos y el indigenismo que los mantiene postrados en el desarrollo de cara al siglo XXI; eso, sin tener en cuenta la inexistente red empresarial, industrial o bancaria local.

Bolivia tiene un PIB de unos US$45.500 millones y un PIB per cápita de US$3.700, y según las cifras del Banco Central, las reservas internacionales en los últimos años pasaron de un pico de US$15.000 millones en 2014 a menos de US$2.000 millones en la actualidad; pese a que Bolivia experimentó una bonanza de las materias primas, dinero que solo sirvió para regalarlo y aceitar a los socialistas al frente del Gobierno.

Dice el Banco Mundial que “una recuperación sostenible requiere afrontar algunos desafíos estructurales. Bolivia podría beneficiarse de establecer una estrategia para abordar los desequilibrios macroeconómicos, apuntalar un rol más activo del sector privado -que incluya empresas, desde pequeñas hasta las más grandes, e inversionistas extranjeros- y aumentar la resiliencia a cambios en el entorno internacional o a eventos climáticos adversos.

Para alcanzar estos objetivos, al mismo tiempo que se continúa mejorando la provisión de servicios y protegiendo a la población más vulnerable, es fundamental mejorar la eficiencia y progresividad de la política fiscal (...) Las limitadas reservas de gas, los altos subsidios a los combustibles, un mercado regional de gas cada vez más desafiante y esfuerzos globales por descarbonizar el sector energético, hacen necesario buscar alternativas a la exportación de gas. En este sentido, fomentar la inversión privada contribuiría a acelerar el crecimiento, promover la calidad del empleo y diversificar la economía con miras a un mundo que es cada vez menos dependiente de los combustibles fósiles”.

A Arce y sus ideólogos de cabecera no les interesa que la gente salga de la pobreza y que Bolivia salga del sótano económico, lo único que buscan es que los pobres no escaseen para que tengan electores resentidos, que vivan en la pobreza en medio del permanente discurso de resentimiento social.

El socialismo ha fracasado en todo el mundo, sin dejar nunca de hablar de los casos de Cuba Nicaragua, Venezuela y ahora en Bolivia, países en donde se ha demostrado que esas ideas utópicas y engaña bobos solo sirven para patrocinar a unos gobernantes corruptos.

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