Editorial

Cali debe volver a ser la ciudad cívica

Si a la administración de Guerrero le suena la flauta con el transporte público, Cali será la capital del Pacífico

Si a la administración de Guerrero le suena la flauta con el transporte público, Cali será la capital del Pacífico

Lo que está sucediendo en Cali no es otra cosa que una demostración más de que el caos, la anarquía y los malos líderes, tienen capturada la principal ciudad del sur occidente y la llamada a convertirse en el nodo natural portuario del Pacífico colombiano. La Alcaldía se le ha quitado de las manos de los politiqueros populistas que llevaron, a la otrora ciudad cívica de los años setentas, al polvorín social que hoy debe solucionar su clase empresarial, sus líderes positivos y sus universidades.

La apuesta que la actual administración es audaz: convertir a Cali en el modelo de funcionamiento urbano de los llamados transmilenios, que en su caso se le denomina, Mio. Con muy buena visión quieren que los buses articulados puestos de moda en Bogotá, sean los únicos que prestan el servicio de transporte masivo de pasajeros en la ciudad, de manera que la Capital del Valle recupere el orden cívico perdido en las nefastas décadas de los 80 y 90 cuando el narcotráfico infiltró toda la sociedad. Dejar que la anarquía se tome la ciudad e imponga sus órdenes amparados por los juzgados y tribunales es dejarle al caos los restos de una ciudad que está llamada como ninguna otra a ser referente en el Pacífico de la Alianza que hoy están trazando los gobiernos de México, Perú, Chile y Colombia.

Los actores sociales de Cali no se pueden dejar acobardar de los amigos del caos y la anarquía. Ya intimidaron a un buen líder encargado de la Secretaría de Tránsito de Cali con amenazas al mejor estilo de los aparentemente desaparecidos carteles, pero hay toda una red social empresarial e industrial en pie de cambio que no dejará que los líderes negativos le entreguen la tercera ciudad de los colombianos a las mafias de la droga, la guerrilla o el transporte desordenado. Los caleños deben poner en práctica que los intereses generales están por encima de los particulares y que es elemental ir para adelante en la civilización urbana en lograr de retroceder e involucionar en aspectos claves del bienestar social como es el civismo.

La administración local no puede quedarse sola. Las universidades públicas y privadas no pueden ser testigos mudos del desarrollo. Al mismo tiempo los empresarios tienen que cerrar filas en torno a las autoridades legalmente elegidas para que su ciudad no se quede atrás en la agenda del Pacífico que están elaborando los gobiernos con costa en este importante mercado. Perú es un milagro económico gracias a que tiene un nodo portuario en Callao y Lima. Igual caso sucede en Chile con Valparaíso. Y los mismos caleños y las autoridades nacionales deben entender que Cali no es solo la Capital del Valle o la tercera ciudad de Colombia, deben trabajar para que sea la Capital del Pacífico.