Editorial

Cerrando 2015 y pensando en 2016

<p>Entramos en la etapa final de 2015, quedan 95 días para que el año termine y mucho de lo que ahora se haga determinará el éxito del nuevo año.</p>

Las empresas con proyección internacional, o las que tienen en el mercado nacional su principal atractivo, debieron hacer ya los ajustes de las evaluaciones para los 95 días que quedan de este año y analizar con gran juicio y cuidado sus previsiones provisionales del presupuesto para 2016, pues tanto las condiciones de hace unos meses como la confusión sobre lo que pasará en el corto plazo están presentes en cualquier ejercicio financiero, por efecto del entorno internacional y por el desempeño de las variables internas. El trabajo también debe hacerlo el Gobierno y los entes territoriales, aunque con un enfoque distinto porque sus ingresos dependen en buena parte de lo que pase con las empresas privadas, en otros países y decisiones de política de agentes externos.

Aquí como afuera, se evidencia cada vez más un debilitamiento de la demanda global ligado a distintos factores pero para destacar, las dificultades de la economía china con una menor tasa de crecimiento a la del pasado y a la inestabilidad de su sistema financiero, en particular por la caída de las bolsas. Luego de casi 20 años de ritmos de crecimiento de 10% anual, se estima que este año no pase de 7%, lo cual no es nada despreciable si se tiene en cuenta que ese país responde casi por 15% de la producción mundial de bienes y servicios. La alta dependencia del mercado chino de los países productores de materias primas, asentados en Latinoamérica, pasará inevitablemente su factura, como ya está ocurriendo en casos como Brasil y Argentina, entre otros, y que los organismos internacionales lo han hecho notar.

A lo anterior se suma el cambio negativo que se nota en las condiciones financieras de la economía mundial por distintas causas, nuevamente algunas de ellas ligadas a la devaluación china, a los bajos precios del petróleo y los minerales y a la debilidad del crecimiento de las potencias europeas. Tan válida es la preocupación que la misma Reserva Federal ha decidido aplazar un alza en las tasas de interés par evitar la generación de expectativas que aumenten el deterioro.

Sobre la evolución interna también se debe hacer el estudio detallado para ganar la máxima seguridad de cualquier proceso de toma de decisiones de corto plazo. Objetivamente, el impacto de la devaluación del peso sobre la estructura de costos empresariales y sobre el mismo fisco nacional, aparece como un factor importante de análisis, seguido por el efecto en la demanda interna por un debilitamiento sustantivo en el crecimiento económico. Y en ese orden comienzan a aparecer las acciones que influenciarán la ruta económica, tales como la anunciada reforma tributaria estructural. 

No es mucho lo que se espera que cambie en lo que resta de este año y más bien el objetivo no es otro que cerrar lo mejor posible y alistarse para enfrentar en las mejores condiciones el próximo ejercicio.