Editorial

Comienza la campaña por la Presidencia

<p>La paz debe ser el tema trascendental, pero asuntos como la economía, la salud y la justicia también deben brillar.</p>

Con la decisión de Juan Manuel Santos de poner su nombre a consideración como candidato a la Presidencia de la República para el período 2014-2018, arranca la campaña que incluye su reelección. Su nombre deberá enfrentarse a otras nominaciones y otras que se irán destapando en las próximas semanas, varias de ellas producto de coaliciones en un sano ejercicio democrático.

Es evidente que las ideas y la controversia son propias de la campaña y en particular en esta coyuntura hay elementos adicionales que permitirán a los electores escoger a quién consideren la mejor opción, en el entendido que hay claras diferencias en los planteamientos de los distintos partidos. En particular en el tema de la paz, no cabe la menor duda que se enfrentarán posiciones distintas. En esos términos, es bienvenida la discusión y debate sobre el trascendental tema. Esa controversia no solo es conveniente sino que creemos que enriquece al proceso mismo, un anhelo de todos los colombianos sin distingo de partido, clase social o credo. 

Con el lema “Para terminar la tarea”, Santos buscará la reelección centrando sus prioridades en el tema de pacificación y la economía, en el entendido que aunque se ha avanzado en la disminución del desempleo y la pobreza, aún queda mucho por hacer. La economía mantiene un buen ritmo de crecimiento en los agregados macro y en esos términos este no será un tema en el que se esperen posiciones extremas en la campaña que produzcan incertidumbre entre los agentes y además los candidatos parecen no tener grandes diferencias conceptuales, así resulte evidente que el país esté reclamando reformas estructurales para enfrentar problemas como la desindustrialización y la pérdida de competitividad del campo. La justicia, la salud y la educación requieren también ajustes que deben ser objeto de propuestas concretas de los candidatos a ocupar el palacio presidencial.

En una campaña electoral, la forma también es muy importante. Todos esperan que el tono con el que se adelante sea elegante, en el entendido que lo contrario solo conduce al desgaste y enrarecimiento del ambiente, pues si se dejan de lado las ideas serias para abrirle paso a formulaciones simples y superficiales más propias de la demagogia y el populismo, el perdedor no es otro que el país.

Por eso, el llamado no puede ser otro que a mantener la altura del debate político, pues de lo contrario el efecto sobre la confianza y la estabilidad puede ser tan dañino como un deterioro en la situación de la economía producto de la recesión o de un panorama adverso en el entorno, lo cual no es la situación actual. Ojalá la campaña sea ejemplar en términos de respeto y dignidad nacional