¿Cómo llegamos a la situación política actual?
sábado, 18 de junio de 2022
Es inédita la segunda vuelta presidencial, no solo por el perfil de los candidatos, sino por las variopintas fuerzas políticas que los respaldan ¿qué sucedió en los últimos años?
Editorial
Gustavo Petro es un viejo conocido de las elecciones parlamentarias y presidenciales, ha logrado reunir o convocar el grueso de la izquierda colombiana en torno a un discurso con tintes populistas, enfocado en la lucha de clases, una aparente crisis social y el cambio por el cambio. Exalcalde, excongresista, exguerrillero, ubicado en la otra orilla de las fuerzas políticas que han gobernado al país durante toda su historia. En la otra esquina está Rodolfo Hernández, quien no es un outsider en el estricto sentido de la palabra en términos políticos, pues ha sido alcalde de Bucaramanga, activista político importante en Santander, pero mucho más conocido por ser un exitoso constructor que sedujo con su discurso contra la corrupción a los electores de todo el país a pesar de su desconocimiento, quienes inesperadamente lo pusieron en las puertas de la Casa de Nariño. Tanto Petro como Hernández sepultaron en su camino a la Presidencia a un puñado de candidatos con respaldos políticos tradicionales, liberales, conservadores, verdes y cristianos. Ahora ambos le competirán al creciente voto en blanco que explica la anormalidad de estas elecciones, pues ambos presidenciables no manejarán el Ejecutivo bajo las líneas de ortodoxia tradicional.
Cinco situaciones explican cómo llegamos a esta coyuntura política inusual que traerá grandes cambios gane quien gane. La primera es la gran desconexión de la clase política tradicional con la situación de los electores. La pandemia tiene gran responsabilidad o explica muchas de las posiciones de las personas; se experimentó una situación de crisis e incertidumbre, creció el desempleo, la inflación y la pobreza; y si bien el Gobierno nacional ha manejado la coyuntura con grandes resultado y probidad, ninguno de los finalistas a la Casa de Nariño le ha reconocido sus aciertos, simplemente solidificaron la narrativa anticorrupción y de cambio social.
El segundo aspecto que explica la situación política actual, viene del olvido del peso de las regiones. Hay cuatro, cinco o seis colombias, pero la disputa se da entre la centralista de la Capital y la de los territorios afines en lo social, cultural y económico, que tienen gran peso en las elecciones. Petro hizo de Bogotá y el Suroccidente sus fortines políticos, mientras que Hernández construyó en Santander, Antioquia y el Eje Cafetero sus cuarteles, pero hay otros departamentos que van a definir las elecciones.
El tercer elemento que explica el nombre de los finalistas son los jóvenes. Como nunca antes las plataformas digitales, los discursos frescos trasmitidos por las redes sociales jugaron un papel determinante. Sin redes, ni Hernández se hubiese dado a conocer como un hombre comprometido, ni Petro habría alcanzado la seducción que tiene en los menores de 30 años.
El cuarto elemento es más subyacente y tiene que ver con las fuerzas populistas que soplan en toda la región, una tendencia política regional que explica los nombres de Boric, Amlo, Evo, Fernández, Maduro y Ortega. Y el quinto elemento es la época de cambio, no un cambio de época, pues en un puñado de años se llegará a la tercera década del siglo XXI y los más tradicionalistas esperaban que nada cambiara haciendo poco para mejorar; los jóvenes nacidos en 2000 ya están saliendo de las universidades para enfrentar su mundo laboral, retos que han cambiado de cara a un mundo globalizado y tecnológico, y que no son los mismos de quienes los han gobernado.