Editorial

“Construyendo las bases de la paz”

<p>Llama la atención que en el nuevo plan de desarrollo no se toque directamente la industria, lado flaco de la economía.&nbsp;</p>

Cuando a los responsables del nuevo plan de desarrollo para el cuatrienio 2014-2018 titulado “Construyendo las bases de la paz” se les pregunta por la industria responden: “es muy complicado manejar a todo el mundo en la estructura, pues si empezamos a decir que necesitamos un tema específico, los demás sectores dicen yo también necesito. El tema de la industria cabe perfectamente en el tema de competitividad”. Pero ¿entonces, cuál será la estrategia de la industria? “Existe la necesidad de generar políticas de desarrollo productivo que aumenten la productividad del sector industrial, que permitan competir en un mercado más globalizado. Eso en qué estrategia quedaría, uno pensaría que infraestructura y competitividad”.

En pocas palabras, en  el texto titulado “Construyendo las de la paz” no hay una referencia directa ni políticas públicas dirigidas en particular al sector industrial. La decisión va en consonancia con lo expuesto por el Presidente al desistir de crear un Ministerio de la Industria, tal como la había pedido en repetidas ocasiones el gremio de los industriales, la Andi. Estábamos de acuerdo en que con un ministerio no se corrigen la situación ni el rumbo que ha tomado la industria nacional, pero en el plan de desarrollo sí se debe hacer, al menos una mención, de lo que se espera del sector industrial, que es el mayor generador de empleo. Los consumidores no pueden seguir viendo como sus carritos de compra en los almacenes y supermercados cada vez más se llenan con productos manufacturados en el extranjero.

El raciocinio es simple: para construir la paz se necesita empleo y para crear nuevos puestos formales de trabajo debe haber un sector industrial fuerte y en crecimiento, y para todo ello se necesita de una batería bien confeccionada de políticas públicas en ese sentido. No estamos diciendo que todo tiempo pasado fue mejor, pero otrora había una política gubernamental decidida a proteger el empleo de los colombianos a través de puestos de trabajo de calidad. No se conoce el texto final de “Construyendo las bases de la paz”, pero estamos seguros que desde el órgano rector, el Departamento Nacional de Planeación se hará un planteamiento futurista, a manera de hoja de ruta, de lo que se espera de los industriales, quienes son de lejos los mayores generadores de empleo formal.

Por fortuna ya pasamos los momentos de la historia industrial nacional en donde se pedía a gritos abrir mercados, pero con la ingenuidad de que las puertas se abren para sacar productos al mismo tiempo que puede entrar la competencia, tal como ha sucedido. Los empresarios locales han dado la pelea y es la hora de entender que la paz se construye con empleo.