Editorial

Cuando las cifras son mediocres, pero buenas

<p>Crecer 3% entre abril y junio es mediocre de cara a las necesidades del país, pero no deja de ser el crecimiento más alto de los países de la región</p><p>&nbsp;</p>

Ayer se conoció la cifra del crecimiento del segundo trimestre del año, es decir, el pulso de la economía colombiana entre los meses de abril a junio de este 2015. La cifra fue mediocre, pero sigue siendo buena si se compara con los pronósticos de los analistas donde reina el pesimismo y con la cruda realidad de los mercados emergentes. El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) reportó que hubo un  crecimiento de 3%, comparado con el registrado en el mismo período del año pasado. Si bien es cierto que cada vez parece más lejana la meta fijada para el PIB anual de este año en 3,6%, hay elementos que nos hacen ser optimistas, pues la construcción lideró el crecimiento con 8,7%; la exploración de minas y canteras subió a 4,2%; el comercio lo hizo en 3,8%; el sector hostelero (restaurantes y hoteles) con 3,8%; y los servicios financieros más actividades inmobiliarias con 3,65%.

El nubarrón negro que representa el bajo crecimiento se vive en sectores como el transporte con 0,5%, el suministro de electricidad con 1,6%, los servicios sociales 2,5% y el gran lunar que representa la agricultura con solo 2,5%. Las industrias manufactureras presentaron un decrecimiento de 1,3%. A los ojos del Dane, ocho sectores de la producción registraron crecimiento y cuatro de ellas estuvieron por encima de 3%. Durante el primer semestre de 2015, respecto al mismo período del año anterior, el valor agregado del sector financiero creció 3,9%, como consecuencia del crecimiento de los servicios de intermediación financiera que fue de 9,7%.

Colombia tiene un problema histórico y si se quiere sistémico de crecimiento de su economía. Si bien siempre se ha mantenido positivo durante muchas décadas, no sostiene en el tiempo el crecimiento positivo de su PIB, de tal manera que represente una reducción real en el desempleo, ni la generación de nuevos trabajos formales. Es cierto que el crecimiento colombiano está a la cabeza de la región, incluso, por encima de economías siempre dinámicas como la mexicana o la chilena, pero esa cifra es mediocre si se juzga con el termómetro de lo que se necesita para generar mayor bienestar.

En este último dato conocido ayer nos llama profundamente la atención lo que está sucediendo con las actividades del campo, un sector que agrupa agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca. Sucedió que durante el segundo trimestre solo creció 2,5%, gracias a la producción de café pergamino, que aumentó 16,4% respecto al primer trimestre de 2014. Pero los productos agrícolas sin café disminuyeron 0,4%, debido a la menor producción de los cultivos transitorios que cayeron 4%. Las cifras que presenta el campo colombiano son de lejos las más malas en años, pero lo más preocupante es que la tendencia es a la baja.