De la crisis del Silicon Valley al Credit Suisse

Para entender lo que está sucediendo en el ambiente bancario global hay que leer permanentemente lo que piensan, dicen o comentan los más afectados si se configura una crisis sistémica en todos los países; en este caso a Larry Fink, presidente y CEO de BlackRock, la mayor gestora de fondos de inversión, quien en su carta a los clientes ha dicho que “el colapso de Silicon Valley Bank es la primera ficha de dominó en caer”.

Los técnicos de BlackRock piensan que “hay más grietas financieras; que el acceso al crédito se endurecerá; que la confianza disminuirá y que, eventualmente, el crecimiento se verá afectado, dando paso a una recesión que el mercado todavía no ha puesto en precio”.

Luego del fiasco financiero del SVB con sede en Estados Unidos y del Credit Suisse en Suiza, “las turbulencias bancarias en Estados Unidos y Europa son la última señal de que las súbitas alzas de tipos están causando la aparición de grietas en el sistema financiero, reforzando así nuestra visión de una recesión. Esperamos que los bancos centrales sigan subiendo los tipos de interés para combatir la inflación en vez de que acudan al rescate. Nos mantenemos al margen del riesgo, infraponderamos los mercados desarrollados y bajamos la visión sobre el crédito a neutral. No obstante, permanecemos preparados para aprovechar las oportunidades que vayan surgiendo a medida que los daños macroeconómicos vayan poniéndose en precio. Sobreponderamos la deuda gubernamental a muy corto plazo y nos inclinamos por los mercados emergentes”, una suerte de diagnóstico tremendista de lo que puede pasar antes de que comience el verano en Estados Unidos y Europa y que otros factores como la guerra en Ucrania siembren más incertidumbre sobre occidente.

No se puede descartar en el panorama mundial el encuentro de Vladímir Putin y Xi Jinping, dos líderes que no le apuestan al dominio de occidente en el plan multilateral y quienes tienen intereses en avanzar en sus obsesiones en Ucrania y Taiwán.

Nadie puede negar que las crisis del SVB y del Credit Suisse son gemelas y que no llegan en un buen momento para las finanzas de muchos países, en un año que pinta muy regular.

“Los eventos de la semana pasada mutilarán el crédito bancario, dando con ello más argumentos para vislumbrar una recesión. No creemos que vaya a ser una repetición de la crisis de 2008. Algunos de los problemas que han aflorado recientemente ya estaban ahí desde hace tiempo y eran bien conocidos, además, las regulaciones bancarias son ahora mucho más estrictas que entonces. A diferencia de 2008, esta crisis es una que estaba ya prevista. ¿Por qué? Porque la única forma que tenían los bancos centrales de bajar la inflación era a base de alzas de tipos lo suficientemente altas como para causar daños económicos. Los cracks bancarios probablemente afecten el crédito, hagan mella en la confianza y eventualmente, dañen al crecimiento”, concluyen los técnicos de BlackRock.

En lo local -como siempre ha sucedido- el sistema financiero colombiano no está abiertamente integrado a las crisis bancarias de este momento y los vasos comunicantes son menores, de tal manera que las banderas rojas no tienen que ver con los bancos locales, sino con las expectativas de los inversionistas y el aplazamiento de mucho proyecto que dependía de tasas y empréstitos internacionales.