Editorial

Días en que las empresas mueven la economía global

Gráfico LR

La multinacional Apple lo ha vuelto a hacer: cada año por esta época le enseña al mundo que es el universo corporativo el que mueve la economía global

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Diario La República · Días en que las empresas mueven la economía global

Las tres empresas más valiosas de todos los mercados -en términos de capitalización bursátil- son: Nvidia, Apple y Microsoft. Y es indiscutible que la compañía que fue fundada por Steve Jobs se ha mantenido entre el primer y segundo puesto por varias décadas, demostrándole al mundo que es el empresarismo el verdadero motor de la economía moderna.

Como cada septiembre, la multinacional de la manzana mordida lanza sus nuevos productos que han revolucionado la telefonía celular, los audífonos, los computadores portátiles, las tabletas, las gafas, los relojes y la manera como las personas escuchan música y ven televisión. Apple, como empresa, es el Da Vinci que lo ha cambiado todo. Las bolsas de valores de todo el mundo se ralentizan esperando la aceptación de los productos de cada septiembre.

La economista Mariana Mazzucato, en su libro, “El valor de las cosas: Quién produce y quién gana en la economía global” (en inglés, The value of everything: making and taking in the global economy), argumenta que “el valor no es simplemente el precio que las personas están dispuestas a pagar por un bien o servicio en el mercado, sino que es un concepto más profundo y socialmente construido”, a renglón seguido plantea que algunas actividades económicas “extraen valor”, y más adelante señala que las grandes corporaciones tecnológicas han apalancado su crecimiento en infraestructuras costeadas por los gobiernos; una manera sofisticada de restarle valor al papel de las empresas públicas -es decir que cotizan en bolsa- y darle una relevancia causal a los gobiernos.

Lo que hace Apple en cada septiembre, es una manera real de tirar al piso toda argumentación de que los gobiernos son los que mueven el consumo porque normalizan los mercados. Con su política arancelaria, Trump ha obligado a que Apple invierta en el mediano plazo US$100.000 millones en Estados Unidos, porque toda la puesta en escena e impacto en los mercados había sido absorbida por gobiernos que otrora atraían las inversiones.

Se equivoca Mazzucato cuando dice que “la creación de riqueza e innovación, de lo público, es a menudo ignorado o infravalorado”. El papel del Estado en la economía es normativo y transversal, la innovación y el papel de repensar los saltos tecnológicos son menester de las empresas, al punto que el liderazgo de las grandes corporaciones tecnológicas ha moldeado gobiernos en Asia que deben invertir grandes cantidades de dinero público en copiar para poder ponerle sello local a productos que son disruptores sociales, como todos los de Apple.

Caer en la tentación política populista de que los Estados, a través de sus gobiernos de turno, deben dar los saltos tecnológicos es una aberración de las economías de mercado modernas. Alguna vez, el recién instalado gobierno socialista vecino de Hugo Chávez pretendió montarle competencia a los aparatos celulares de Apple y Samsung, lanzando un celular criollo, idea que fue una auténtica quema de dinero.

Ahora que en Colombia se aplaude un Estado botatara, generador de empleo y jugador en varios sectores económicos, es preciso recordar que ese no es el camino, que Apple enseña en cada septiembre que la hoja de ruta deben ser empresas sanas, fuertes, que paguen impuestos, generen empleo formal e inviertan en innovación y desarrollo, no gobernantes con ínfulas de empresarios que sabotean las revoluciones industriales.

No es sino mirar la caricatura tecnológica de Cuba, un país gregario en lo empresarial cuyo régimen ha mantenido a su sociedad con máquinas de escribir y un contexto computarizado.

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