Editorial

¿Dólar a $1.900 por caída de la inversión?

La caída de inversión extranjera directa es un hecho preocupante y que puede estar detrás de la disparada del dólar

La caída de inversión extranjera directa es un hecho preocupante y que puede estar detrás de la disparada del dólar
Ponerse de acuerdo en cuál es el precio del dólar que mantenga la felicidad de todos los colombianos es un asunto bien complicado. De una parte están los empresarios exportadores y los gremios agropecuarios que venden sus productos en otros mercados y quienes gozan de un lobby eficiente en el Gobierno para que influya en la junta del Banco de la República para mantener a raya la moneda estadounidense y poder competir con tasa de cambio. En la otra cara de la moneda están los importadores, los colombianos que envían remesas desde el exterior, los viajeros o turistas transnacionales, los estudiantes en universidades en diferentes países, y cada vez más, los compradores de productos y servicios por internet. Todos estos últimos carecen de lobby en el Emisor y en los ministerios de Hacienda y Comercio Exterior por eso nadie defiende políticamente un peso revaluado.
Según las últimas jornadas cambiarias, el dólar empieza a cuajar en los $1.900, una tasa de cambio que había prometido el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, y que los negociadores de la moneda estadounidense denominaron ‘dólar Cárdenas’. Es un monto ideal para los exportadores que se habían quejado de su situación. El uso de las herramientas de intervención que tiene el Banco de la República a su alcance, como comprar dólares en cada jornada, ha sido eficiente al comprar a diario unos US$30 millones, una cifra importante en acumulación de reservas que han mantenido la moneda estadounidense por encima de los $1.830. Pero para que el dólar alcance los $1.900 y se estabilice en ese precio se necesita que la moneda empiece a escasear producto de una caída importante en la inversión extranjera directa.
Vimos que durante los primeros cuatro meses de 2013, la Inversión Extranjera Directa, IED, cayó un 6,5% frente al mismo periodo del año anterior, y que esta situación se empieza a reflejar en los tipos de cambio. Pero ese indicador más que alegrarnos por el nivel revaluativo del dólar, debe empezar a preocuparnos. No es bueno que los inversionistas extranjeros pierdan interés en la economía colombiana aplazando los planes de expansión o trasladando proyectos a países de la región como Perú o Chile. Se sabe que hay preocupación e incertidumbre entre varias multinacionales mineras sobre las reglas de juego en Colombia, la lentitud para la entrega de licencias ambientales y lo que es peor, retardo en los cronogramas de explotación por problemas inmanejables con las comunidades beneficiadas por la extracción de minerales.
Es fenomenal para los exportadores que saboreemos un dólar de casi $2.000, pero también debemos analizar las causas de esta situación que pueden ser peores en el largo plazo. Hasta el año pasado Colombia lideraba el ranking de inversiones extranjeras en la región, pero eso parece historia.