Editorial
¿Dónde anda Planeación Nacional?
sábado, 23 de febrero de 2013
Colombia es institucionalista por naturaleza, pero lo que está pasando con el DNP y el Conpes es de preocuparse
Colombia es institucionalista por naturaleza, pero lo que está pasando con el DNP y el Conpes es de preocuparse
Luego del reclamo de los gobernadores sobre una supuesta centralización en las decisiones del manejo de las regalías, idea pregonada por el gobierno central para lograr una mayor transparencia en la asignación y ejecución de los recursos, el Presidente ha anunciado una agilización de los giros de vigencias anteriores para que las entidades territoriales puedan adelantar los proyectos. Mucho nos tememos que el mandatario cedió a las crecientes presiones locales sin el rigor técnico necesario para impedir que se repitan las amargas experiencias del pasado cuando las regalías se gastaban sin mayor control y en proyectos sin sentido social o estratégico para el desarrollo regional.
No se trata de poner en duda la validez del argumento de que el gobierno central debe atender las necesidades regionales en forma pronta y en ese sentido el primer mandatario tiene toda la razón, más en una coyuntura como la actual en la que se están dando brotes de descontento en algunas zonas, que se han extendido a sectores afectados por razones ajenas al tema, como cafeteros, arroceros y ganaderos. Pero el asunto no para ahí. En forma paralela a la aceleración de los giros, Santos hizo otro anuncio, que en verdad hay que analizarlo mejor pues va a tener un gran impacto sobre una de las instituciones más importante en el manejo de los asuntos de gobierno, como es el Departamento Nacional de Planeación. Santos informó que se descentralizará, a través del nombramiento de 6 delegados de la entidad, recomendados por alcaldes y gobernadores, en el mismo número de regiones, para que tengan un trato directo con los mandatarios locales y se puedan acelerar los proyectos financiados por las regalías.
La realidad es que Planeación ha perdido buena parte de su norte, como entidad que sin intereses sectoriales, como son los ministerios, proyecta una agenda país más allá de la coyuntura. Hoy la entidad tiene una visión cortoplacista muy lejos de lo que fue el órgano de planeación de otrora. El DNP debe pensar al país hacia el mediano y el largo plazo, en asuntos como la salud, educación, medio ambiente, infraestructura, el desarrollo social y buscar la conciliación de la política económica y el presupuesto público con la estrategia de desarrollo. Desafortunadamente lo hace cada vez menos. Seguramente por eso, Santos le ha dado la función burocrática de hacerle seguimiento a los proyectos regionales.
Planeación es pieza clave en el desarrollo económico y social si se quiere trascender la coyuntura, para la cual están los ministerios que manejan sectores específicos y en el caso de la política monetaria y cambiaria está el Emisor. Por eso, con buen sentido, a Planeación se le encargó la secretaría técnica del Consejo Nacional de Política Económica y Social, Conpes, que también parece haber pasado a un segundo plano.