Editorial

Dos hombres que hicieron historia

Las muertes de Mario Laserna y de Fabio Tobón, ambos entrañables de este diario, no pueden pasar desapercibidas

Las muertes de Mario Laserna y de Fabio Tobón, ambos entrañables de este diario, no pueden pasar desapercibidas
Dijo Bertolt Brecht: “hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”. Aquí encajan a la medida dos hombres que dejaron huella en nuestro país, el exdirector de La República, Mario Laserna Pinzón, y nuestro columnista por muchos años, Fabio Tobón Londoño.
Ambas muertes dejan un vacío que solo se siente cuando desaparecen grandes hombres que hicieron historia y heredan un profundo legado. Mario no solo fue el fundador de la Universidad de los Andes, sino uno de los siete directores que ha tenido este diario en casi seis décadas de construcción de ideas económicas y una red empresarial sólida como ninguna en América Latina. Fue un pensador vibrante, contemporáneo, humanista, académico y político de carácter complejo que se fue a edad madura, pero que ningún año de los que vivió fue en vano. Fabio fue sinónimo de Icontec, el Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación. Escribió la historia de la calidad en Colombia y gracias a él esa institución está en el lugar de credibilidad en que se haya.
Pero más que lamentar pérdidas, debemos destacar su legado público. Ambos son ejemplo de hombres de carácter, de peso intelectual, de gran formación académica, y de lo que es más importante, de un compromiso con el país económico invaluable. Fundar universidades no es fácil y menos una organización académica como Los Andes que hoy se cuenta como una de las mejores de Colombia y de América Latina. Y llevar por dos décadas las riendas del Icontec, verlo nacer, crecer y madurar, es una tarea que solo la ejecutan hombres de la talla de Mario y de Fabio.
Así se escribe la historia, a través de los hechos que generan protagonistas probos, comprometidos y responsables. Ambos personajes, que dejaron de existir físicamente en nuestros días, pueden estar felices en donde se encuentren porque viven a través de sus obras materiales e intelectuales fehacientes, como son la Universidad y el Instituto. Nos sentimos tristes y melancólicos por sus familias, pero no por sus obras. Hoy queremos exaltar esos nombres que hicieron historia en un espacio editorial donde fueron protagonistas de primera línea. 
Tanto Mario como Fabio, escribieron muchas veces estas líneas que hoy son usadas para rendirles un humilde homenaje, que solo busca exaltar sus obras materiales. Quienes compartieron con ellos, quienes tuvieron la oportunidad de oír sus ideas no dejarán que su línea de pensamiento, su concepción de país y sus sueños de bienestar del colombiano de hoy y mañana, mueran con ellos.