Editorial

Dos temas para juntar: lo laboral y lo pensional

El Gobierno Nacional no puede sacar adelante una reforma pensional aislada de los asuntos laborales que implican sincronizar la formalidad con la generación de empleos

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Diario La República · Dos temas para juntar: lo laboral y lo pensional

Es simple: para hablar de ampliar la cobertura de las pensiones, hay que lograr que más colombianos estén trabajando y cotizando, una simpleza que el Gobierno Nacional no ha sincronizado con las dos reformas en ciernes, la laboral y la pensional.

Clave entender que sólo sí se cotiza al sistema, se garantiza que el llamado pilar solidario tenga el dinero suficiente para que 2,5 millones de colombianos con Sisbén básico accedan a una pensión de $223.000 mensuales; lo mismo se aplica para la financiación del otro pilar semicontributivo en donde van a agrupar a las personas mayores de 65 años que hayan cotizado entre 150 y 1.000 semanas, y que recibirán una renta vitalicia con base en lo trabajado.

Los otros dos pilares más solventes (contributivo y de ahorro voluntario), por encima de tres salarios mínimos, pueden ahorrar para cuando estén más viejos. Una justificación de motivos que está bien, pero haciéndole algunos ajustes y que el Ministerio de Trabajo homologue sus buenas intenciones con la reforma laboral que por ahora es caníbal y destructiva para los generadores de empleos.

Las horas extras, las cargas dominicales, la prohibición de contratar trabajadores bajo el esquema de empresas temporales, la satanización de los contratos de prestación de servicios para actividades permanentes en las compañías, la inflexibilidad laboral generalizada, entre otras iniciativas, son verdaderas bombas contra la generación de empleo.

Es una absoluta dicotomía entre la reforma pensional y la laboral, dos temas siameses que no se pueden analizar de manera separada porque solo se logrará un sistema pensional que mejore la cobertura, esté financiado y reduzca la inequidad, si hay generación de nuevos empleos formales.

El problema es que la reforma laboral, tal como está escrita, desincentiva al sector productivo a generar nuevos puestos de trabajo por la elevada carga parafiscal y tributaria, al tiempo que contradice a la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, quien ha manifestado que “bajar costos laborales no supera la informalidad ni sube el empleo”, argumento que no sustenta con estudios y que van en contravía de los supuestos de crecimiento económico que son los verdaderos pilares de la reforma pensional. Indiscutiblemente, el Gobierno Nacional debe juntar los pilares fundamentales de las dos reformas, la laboral y la pensional, si no quiere que los supuestos económicos las derroten en el Congreso.

Las sobrecargas laborales inmersas en la iniciativa laboral, para los emprendedores y microempresarios, pueden representar, según datos de Fedesarrollo, 18,6% de nuevos costos, que nunca se van a cubrir con un crecimiento menor a 2% y una inflación de 15%.

Deben entender los técnicos que han escrito los articulados de las dos reformas que lo laboral va en contravía de lo pensional, que hay un cruce de supuestos que aún no han explicado con suficiencia.

Es quizá, la única reforma laboral en la historia, que no considera nada sobre la informalidad, la productividad y la generación de empleo como pilares fundamentales, menos aún identifica puntos comunes con la reforma pensional simultánea y con el mismo origen. Al Gobierno Nacional se le abona que haya presentado tres reformas estructurales recomendadas por la banca multilateral desde hace varios años, el problema es que debe construirlas mejor.

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