Economistas influyentes y otros cuentos

A nadie le gusta que lo midan o lo comparen, a no ser de que esté a la cabeza de los rankings, eso siempre y cuando sean buenos los conteos. Pero por molestos que parezcan los indicadores están presentes en la vida de las personas desde que nacen: cuánto pesa, cuál es su edad, cuánto mide, cuántos años hace que trabaja, qué ha hecho todo este tiempo, en fin, toda una suerte de preguntas que siempre conducen a comparaciones odiosas, y por supuesto, lo mejor es evitar hacerlas.

De cada 100 colombianos, 25 creen que el mayor problema tiene que ver con la economía, de acuerdo con el último estudio de Invamer Gallup. Y si el problema es la economía y la respuesta está en la labor de los economistas, ¿quiénes son los íconos que les influyen en la toma de decisiones o en la ejecución de modelos económicos?

Nos pusimos la tarea de hacer un sondeo entre los economistas más activos del país, profesionales que están en la academia, el gobierno, las empresas y las juntas directivas. A estos personajes se les preguntó abiertamente cuál es el mejor economista de la historia reciente de Colombia. Pero ¿qué es ser mejor? ¿Cuáles son los criterios de medición? Preguntas oportunas en una profesión que sabe preguntar y que no se queda con cuestiones cerradas. 

Un economista es el mejor porque cumple eficientemente cuatro criterios fundamentales para su profesión: es influyente en la política pública colombiana; contribuye activamente en la academia; tiene reconocimiento o top of mind entre sus colegas; cuenta con una amplia experiencia laboral; tiene trabajos académicos con organismos multilaterales, y es doctor en economía. Es un filtro difícil de cumplir porque lo que tiene uno no lo tiene el otro, y porque no es lo mismo ser columnista consuetudinario de un medio de comunicación, que ser activo productor de papers científicos destinados a las prestigiosas revistas indexadas. Hay economistas que han ocupado cargos en la banca multilateral; otros que han sido ministros de varias carteras, pero son muy pocos los que son recordados por sus colegas como los más influyentes. 

Y la influencia como la popularidad es para gastársela por el bien del país, atizando políticas públicas que beneficien a las personas. Detrás de un milagro económico, siempre hay un modelo que ha sido probado en la academia, puesto a prueba en las regiones y ejecutado a nivel macro. Identificar economistas como los más influyentes es poner a prueba sus roles y funciones, como también hacerlos visibles a los ojos de los mandatarios locales, regionales y nacionales para que se apoyen en ellos en la estructuración de las soluciones que construyan finalmente un mejor país.