Editorial

El calvario legal del impuesto a la gasolina

<p>Ahora que se planea una reforma tributaria estructural es imperativo que se cuide su trámite en el Congreso, pues la Corte no deja pasar la improvisación&nbsp;</p><p>&nbsp;</p>

Es la segunda vez que se le cae al Ministerio de Hacienda el impuesto parafiscal a la gasolina que ha tratado infructuosamente de poner para disminuir el impacto en los precios internos y que soportaría las fluctuaciones en los precios internacionales del petróleo. La Corte Constitucional dijo que se había vulnerado el principio de consecutividad, dado que una cosa sucedió en la plenaria y otra durante primer debate, también se determinó que el trámite de la Ley de Reforma Tributaria fue defectuoso porque el parafiscal de los combustibles nunca se discutió en las comisiones del Congreso. El impuesto a la gasolina que existe en otros países se ha convertido en un calvario jurídico para el Gobierno Nacional.

La Corte ya había tumbado en 2013 la propuesta de un impuesto a la gasolina y tras esta decisión el Gobierno debe encontrar una nueva fuente de ingresos para el Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles que se quedó sin ingresos. Esta nueva situación forzaría el proyecto de ley de reforma tributaria que está en pleno estudio y que se basará en las propuestas que realice la llamada Comisión Tributaria que debe presentar su trabajo en un par de semanas. El pronunciamiento del alto tribunal, sumado al trabajo de los expertos, obligan al Ministerio de Hacienda y a la Dian a presentar un articulado a consideración del Congreso el próximo marzo. Es perentorio que el Gobierno estudie no solo el articulado que le va a proponer a los representantes y senadores, sino que revise la manera como se llevan a cabo los procedimientos legislativos.

La Corte Constitucional ha encontrado en varias ocasiones graves fallos en los trámites a leyes tributarias, no solo en este Gobierno sino en los anteriores. Esta vez el problema jurídico hallado tuvo que ver con la continuidad durante el trámite y la llamada “identidad flexible contenidos en los artículos 157 y 158 de la Constitución”. Técnicamente se buscaba tramitar una ley de financiamiento del Presupuesto General de la Nación para 2015, pero en el fondo se creaban nuevos tributos con destinaciones específicas. Lo sucedido es un campanazo de alerta para el Ejecutivo que busca llevar al Congreso una reforma tributaria estructural solucione esas fallas de forma y de fondo presentadas en los anteriores proyectos de ley, lo que puede arruinar el trabajo de técnicos y expertos.

Está claro que el país económico necesita de un sistema tributario moderno que reemplace la colcha de retazos en que se ha convertido el pago de impuestos en Colombia, pero ese trabajo serio que se empezó a hacer desde comienzos del año por una Comisión Tributaria de altas calidades no se puede perder por fallos en los procedimientos. La nueva caída del impuesto a la gasolina es el mejor ejemplo para temer que suceda lo mismo con la iniciativa gubernamental que se encuentra en pleno proceso de construcción.