Editorial

El cine y el epicentro de la economía naranja

<p>La economía naranja le aporta al PIB colombiano más que el mismo café, pero hacen menos ruido y goza de menores subsidios del Gobierno</p><p>&nbsp;</p>

Los artistas colombianos son grandes productores locales y exportadores de música, literatura, artes plásticas y muchas otras expresiones artísticas secundarias en las que el cine no brilla mucho. En un mundo globalizado como el que vivimos, no es un secreto en el sector del entretenimiento que Colombia tiene una abundante producción musical, literaria y plástica, pero no sucede lo mismo con el séptimo arte que no solo combina todas las expresiones anteriores, sino que es una mina de oro para países que le han apostado al cine como una herramienta para transnacionalizar sus valores, sus modas y tendencias. En otros países poco o nada se sabe de nuestro cine, es más, ni en Colombia tiene buenas audiencias.

Un muy escueto diagnóstico para algo que empieza a cambiar. Podemos decir que 2015 fue un año de quiebre en el que producciones documentalistas y cinematográficas como Colombia Salvaje y El abrazo de la serpiente, pueden marcar la entrada de los productores y directores de cine nacionales a una nueva generación que habla el mismo lenguaje de las grandes producciones globales. No solo un país de cine, ni con cine de calidad, pero que dos películas hablen por sí solas de una nueva etapa, nos lleva a decir que el cine es una industria desconocida que empieza a prometer. ¿Por qué Colombia Salvaje y El abrazo de la serpiente? La primera porque es la película colombiana más vista en el país en toda la historia y ha sido un documental muy bien criticado por la prensa especializada. Y la segunda porque fue nominada a los premios Oscar, la distinción más importante del mundo del cine. Y si a esto se le suma el gran momento que vive el cine nacional en términos de cantidad de películas estrenadas al año, podemos abrir la esperanza que esta actividad llegue a ser una expresión que bien contribuya a cambiarle la imagen al país.

Hay un gran camino por recorrer en el sector del entretenimiento nacional como producto de exportación. Solo queremos con este comentario editorial hacer pensar en la llamada ‘economía naranja’, que es un sector de la economía tradicional en el que los colombianos vinculados al arte y el deporte pueden ser transformadores en la región. Hay un detalle bien desconocido y es que el cine, el deporte, el arte y en general todo lo relacionado con entretenimiento, le aporta más a la economía del país que el mismo café. Hablamos que más de tres puntos porcentuales del PIB. El problema es que hay sectores más quejumbrosos por tajadas del presupuesto nacional que los hace más sonoros y logran subsidios del bolsillo de todos los colombianos. Cada vez es mayor el número de empresarios de la ‘economía naranja’ que se acercan al sistema financiero para buscar financiación para sus emprendimientos. Ese indicador sorprende cuando se desagrega y se ve que hay bastante cine en ciernes que busca dinero barato. Hay que ponerle mucho cuidado y apoyar esta dinámica.