Editorial

El crecimiento solo sirve si se generan empleos

La década 2000 se cierra con un buen balance en materia de crecimiento, pero ahora hay que avanzar en empleos formales.

Si miramos la evolución de la economía colombiana a partir de 2001 hasta 2011 - es decir el comportamiento de la actividad empresarial, comercial e industrial de estos últimos diez años - notaremos que fue una buena década a la luz del crecimiento del Producto Interno Bruto.

No fue una década notable, ni una década perdida, fueron años buenos de una clara lucha en pro del desarrollo; de un camino cierto hacia la prosperidad que solo se culminará cuando la economía nacional haga parte de las 30 más grandes y prósperas del mundo. Y para llegar a ese selecto grupo de países debemos tener un crecimiento sostenido, pero que genere empleos formales y de calidad que redunden en el bienestar de las personas, y que sobre todo, se elimine la incertidumbre de la gente de tener o no un trabajo estable.

Durante 2011 la economía creció en 5,9% con relación al año inmediatamente anterior. El dato se convirtió en el tercero más alto de la década, solo superado por los registros de 2006 y 2007 en los que el PIB alcanzó 6,7% y 6,9%, respectivamente. Las cifras más bajas de los diez años fueron en 2001 cuando solo se alcanzó 1,7% y en 2009, también con un triste 1,7%.

La foto que nos muestra el Dane de la economía de 2011 es la siguiente: "por grandes ramas de actividad comparados con 2010, se observaron estas variaciones: 14,3% en explotación de minas y canteras; 6,9% en transporte, almacenamiento y comunicaciones; 5,9% en comercio, servicios de reparación, restaurantes y hoteles; 5,8% en establecimientos financieros, seguros, inmuebles y servicios a las empresas; 5,7% en construcción; 3,9% en industrias manufactureras; 3,1% en servicios sociales, comunales y personales; 2,2% en agropecuario, silvicultura, caza y pesca; y 1,8% en electricidad, gas de ciudad y agua. Los impuestos, derechos y subvenciones, en conjunto, crecieron en 10,8%".

Es un buen panorama en el que nos sorprende el crecimiento de la infraestructura especialmente en el último trimestre del año, un indicador de que esa locomotora salió de la estación. Es muy importante que se consolide una dinámica sólida en el sector de la construcción, especialmente las grandes obras viales que tienen anclada la economía en el pasado y que son vitales para que el país logre unos mínimos de competitividad de cara a los tratados de libre comercio.

El Gobierno Nacional - eficiente a la hora de mostrar las cifras y realizar anuncios- debe trabajar más en que se consolide el crecimiento, al tiempo de que se generen empleos formales y de calidad, que a la postre son los que transforman la sociedad. De nada vale que tengamos un PIB en franco ascenso si los nuevos trabajos que lógicamente se generan no son bien remunerados y fijos en el tiempo.