Editorial

El ejemplo que dan los empresarios por la paz

<p>La apuesta de los gremios y de los empresarios por el fin del conflicto colombiano está clara, ahora falta que los actores lo finalicen.</p>

Los empresarios influyentes de nuestros días están rompiendo con la vieja tradición entre los hombres de negocios colombianos quienes creían que el tema de la guerra interna era un asunto estrictamente político y que el hacer empresa en nada tenía que ver con los problemas de orden público. Ciertamente están mandando al traste la creencia de que su responsabilidad quedaba cumplida con el pago de los impuestos y de una que otra actividad de RSE. El proceso de paz iniciado hace más de 1.100 días por la administración Santos y los guerrilleros de las Farc en La Habana, está llegado al punto del no retorno y los empresarios más notables así lo ven y lo entienden. Por lo menos eso es lo que se muestra desde el Consejo Gremial y por parte de quienes tuvieron un fructífero encuentro con los guerrilleros en Cuba.

No se puede negar que cualquier acuerdo de paz entre el Estado y los guerrilleros de las Farc, que encarrile al país en una nueva etapa de pacificación duradera, arrancó hace muchos años atrás cuando el expresidente Andrés Pastrana (1998-2002) se la jugó en el Caguán. Ese fracaso catapultó popularmente las ideas de la seguridad democrática que llevaron casi a la derrota militar a los guerrilleros durante el mandato de Álvaro Uribe (2002-2010). Sin esos dos episodios de la historia del país no se hubiera podido lograr un acercamiento de las partes, tal como lo ha hecho el presidente Santos, a quien no se le puede desconocer que no solo fue el ministro de Hacienda de Pastrana, sino el de Defensa de Uribe, dos roles institucionales que son medulares para entender el reforzamiento de las fuerzas militares y los certeros golpes a los grupos armados.

Lo que está pasando en La Habana es una etapa más del proceso dialéctico, si se le quiere mirar de esta manera marxista, del conflicto interno colombiano. Claramente se ha desescalonado la guerra, hay una disminución notoria de las tomas guerrilleras, de los hostigamientos a las bases militares y la seguridad ha ganado espacio en todo el territorio nacional. Eso sí, ahora se nota más el accionar de las bandas criminales en las grandes ciudades. Una realidad que antes no dejaba ver el frenético conflicto o se mezclaba en la lucha sin fin contra la guerrilla y el narcotráfico.

El respaldo de los empresarios, a nivel individual y gremial, es un fuerte espaldarazo a la proceso de paz y un compromiso con la equidad y responsabilidad social. Los empresarios son la médula de la economía colombiana, son los mayores empleadores y claros generadores de empleo, inversión y bienestar. Su papel en el posconflicto es fundamental, no solo en el obligatorio pago de impuestos, sino como garantes de una apuesta social para el desarrollo nacional. Existe ese dividendo de la paz expreso en la seguridad, la confianza, empleo formales y la llegada del Estado a todos los rincones del país.