Editorial
El eventual cisne negro del dólar de Trump
miércoles, 4 de diciembre de 2024
Liberados los eventuales cisnes negros para el nuevo año, es el estallido del dólar el que más llama la atención en la anunciada guerra de aranceles que ha prometido Donald Trump
Editorial
Cuando Nassim Taleb publicó su libro, ‘The Black Swan: The Impact of the Highly Improbable’ (Paidós, 2007), desencadenó una forma traumática de ver los sucesos que constituyen un año. Un cisne negro, en sus términos, es una teoría que allana las situaciones que ocurren por sorpresa, que nadie pronosticó, ni previó, tenido en cuenta o se imaginaba, porque a todas luces racionales, eran improbables y que, para bien o mal, tienen gran impacto y repercusiones trascendentales en el destino de las personas, las sociedades y los países.
Anualmente, desde la publicación del libro, Saxo Bank, la banca de inversión más grande de Dinamarca, hace un listado de sucesos que entran en la categoría de cisne negro, y para 2025 no ha sido la excepción. Dentro de las ocho consideraciones, hay uno que llama la atención: “Trump hace estallar el dólar”. La realidad económica estadounidense es que hay una coyuntura de dólar fuerte, lo que le ha dado rienda suelta al nuevo Presidente para subir sus aranceles, bajar los impuestos y una suerte de acciones basadas en el poder de su moneda.
Para Saxo Bank, es el momento de mayor revalorización del dólar, durante el cual “podría perder su poder mundial y estallar en mil pedazos”. La tensión financiera global que acarrean las nuevas guerras comerciales, de Trump 2.0, que ya se vieron en su primera etapa, podrían desencadenar que los mayores competidores de Estados Unidos cumplan su amenaza y encuentren una alternativa en las criptomonedas y el oro.
John Hardy, uno de los creadores del informe, dice que si bien es una muy arriesgada previsión, los precedentes son bastante claros. “En 2016 se convirtió en el primer Presidente estadounidense que atacó los cimientos del sistema global, exigiendo aranceles a bienes importados para corregir los enormes errores del déficit comercial estadounidense”.
Trump no se ha posesionado todavía al frente de la Casa Blanca y ya retomó o volvió a hablar del tema de los aranceles altos para sus tres primeros socios comerciales, Canadá, México y China, en su orden. El cisne negro basado en que Estados Unidos revisará sus aranceles generales con todos los países llevaría al traste al comercio global y literalmente haría explotar por los aires el dólar sin ninguna necesidad.
Siendo abogados del diablo, no es muy factible que eso suceda porque Trump, ante todo, es un negociador temerario que apalanca sus deseos en sus fortalezas y no tendría ningún sentido regresar a un férreo nacionalismo. Afectar el dólar como rueda del sistema comercial es casi impensable.
Los Brics, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, han pensado en poner a andar su propio dinero digital respaldado por las reservas de oro, pero esto está muy lejos de ser una realidad, dada la crispación que generan sus economías, aunque ya hay otros países como Colombia apostando por fortalecer una banca multilateral de esos países.
Es mucho más probable, en términos de competencia del dólar, una segunda ola en el mercado de criptomonedas, que poco a poco se convierten en el epicentro de una alternativa frente al dólar. Ya se observan en medio de los sucesos los pilares de un incipiente nuevo sistema financiero global, que también ven las autoridades financieras de la Reserva Federal, quienes seguramente no dejarán que por medidas comerciales se socave el poder del dólar en el mundo.