Editorial

El futuro petrolero no solo depende de un ajuste

<p>Los países petroleros han decidido disminuir la producción para mejorar los precios, pro esta decisión no es suficiente para mejorar los ingresos</p>

El descenso de los precios internacionales del petróleo en los dos últimos años ha afectado no solo el mercado del crudo y de las materias primas, sino a la economía mundial que ha recibido el impacto de distinta forma: los países productores, en particular los emergentes, se han resentido en sus ingresos y finanzas públicas, en unos casos más que otros, en tanto que los importadores se han beneficiado por los menores pagos que deben realizar. Nuestro país, y en general Latinoamérica, por su dependencia de las exportaciones de materias primas básicas, ha sentido el rigor de la coyuntura. La tasa de crecimiento económico de la región ha sido nula en los dos últimos años y en el caso colombiano se ha dado una reducción de 50%.

La perspectiva futura de la industria petrolera está sujeta a todo tipo de evaluaciones y en particular no hay predicción confiable sobre lo que ocurrirá con el precio del crudo, aunque lo cierto es que resulta muy difícil volver a cotizaciones de más de US$100, con lo que el escenario realista es el de los precios rondando los US$50 por barril. Los resultados del ajuste en las inversiones de las compañías petroleras, la decisión de la OPEP sobre reducción en su oferta, la actitud de potencias como Rusia y la ruta incierta del nuevo gobierno en EE.UU. serán algunas de las determinantes para el negocio petrolero. En el caso de Trump, quizá la principal incógnita, las primeras inclinaciones van estimular la producción de ese país al hablar de eliminación de “restricciones destructivas”, lo que favorece las operación de fracking y el shale gas, dentro de filosofía de “América primero” con lo que se “creará muchos millones de puestos de trabajo”.

En el caso nacional, luego de un 2016 malo para la industria petrolera, de acuerdo con investigaciones del sector de servicios, 2017 muestra mejores perspectivas, gracias a la estabilización del precio del barril en los niveles actuales que abre la puerta para que se reactiven proyectos de exploración, fundamental para incorporar nuevas reservas y detener así su caída o el agotamiento de las existentes. En términos agregados, aunque el petróleo no volverá por un buen tiempo a tener la preponderancia fiscal, sí puede ser un soporte importante tanto del desarrollo local como impulsor del sector externo.

En Ecopetrol, después de un duro ajuste financiero y administrativo acorde con la nueva realidad, las proyecciones también son alentadoras, pues de acuerdo con el plan de inversiones que acaba de aprobar su junta directiva, la empresa le apostará prioritariamente a la exploración y producción, doblando los recursos asignados en el año que termina. En el próximo cuatrienio, el monto de recursos para tal fin será de US$13.000 millones. En ese orden de ideas, y si los astros se alinean en el mundo petrolero, se podrá esperar un cambio favorable de tendencia que sin duda será buena para el país y el bienestar de los colombianos.