Editorial

El irremplazable rol empresarial en el crecimiento

Lo más probable es que el repunte del PIB sea histórico durante este 2021 y que se dejen sentadas las bases del crecimiento sostenido, tras esos buenos datos están los empresarios

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Diario La República · El irremplazable rol empresarial en el crecimiento

En pocos días el país político, económico, social, deportivo y cultural, entre otros sectores que generan información cada segundo, entrará en “modo balances y resúmenes”, un tiempo con aires de felicidad imbuido por las fiestas de fin de año en el que se recorre por el legado que dejan los 12 meses que terminan.

Sin lugar a dudas, los empresarios, el empresarios per sé, debería tener un puesto de lujo en la historia de un año bastante bueno. No solo porque asumieron la totalidad de la tercera reforma tributaria de la presente administración nacional, llamada solidaria, sino porque no han dejado de invertir, de pagar impuestos, de innovar, de exportar y, quizá lo más importante, de generar empleos formales.

Puede sonar el argumento a publicidad del sector productivo, pero no, es una reflexión en torno a los verdaderos artífices del histórico crecimiento económico del PIB que se va a registrar este año. Si se saca un promedio entre los vaticinios optimistas y pesimistas, la cifra no baja de 9%, la más alta en la historia del país desde hace unas cinco décadas; el mes pasado, el Banco de la República, elevó su pronóstico de crecimiento al 9,8%, que sería el ritmo más rápido desde al menos 1972; los detractores y aves agoreras consumadas argumentarán que se parte de complicada comparación con un año perverso, como fue el del pico de la pandemia: 2020. Comentarios que pueden ser ciertos en términos estadísticos, pero mentirosos en términos reales y de proactividad social, pues la destorcida de la actividad empresarial no ha tenido precedentes. Los empresarios no fueron derrotados por la pandemia, por los nuevos impuestos o por los desafíos que impone la pobreza heredada del covid, mucho menos por las mentiras populistas, fake news, bulos y ataques de algunos candidatos al Congreso y la Presidencia; el sector productivo ha seguido adelante y ha hecho que la economía en su conjunto bata récords en su crecimiento indistintamente del sector. Por ejemplo, hasta septiembre pasado, JPMorgan había previsto que la economía creciera 9% en 2021 y 4% en 2022, pero con el último informe del Dane en el que se evidenció 13,2% de crecimiento en el tercer trimestre, revisaron al alza sus previsiones y esperan que crezca 10% este año y 5,5% para el siguiente. El crecimiento del tercer trimestre (julio a septiembre) fue liderado por el sector minorista, que experimentó un crecimiento de 33,8% respecto al año anterior, y por un aumento del 18,8% en la producción manufacturera.

La construcción fue el sector más débil, con una expansión del 0,8%. El rol de los empresarios en toda esta buena coyuntura debe destacarse porque sin ellos, sin su esfuerzo, sin la apuesta permanente por el país y su futuro, las cosas se derrumbarían y la “venezuelanización” sería irremediable. Hay ideas políticas que se nutren y atomizan sus propuestas con base en el caos, el resentimiento y la pobreza, una suerte de discurso envenenado en donde prima la devoción por la violencia y el sufrimiento, pues cuando estos elementos distorsivos de la realidad están presentes siempre será más fácil conseguir electores.

Ese mantra de que “el caos nunca muera” debe ser erradicado con resultados sociales, recuperando el empleo, alcanzando el bienestar social y disminuyendo al máximo la precariedad de los pueblos y ciudades, solo con esas metas claras, el país tendrá futuro.

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