Editorial

El lío del barril de petróleo debajo de US$50

Los líos para el gobierno Santos empezaron con la caída de los precios del petróleo y hoy un barril bajo US$50 es un problema nacional

Editorial

El punto de quiebre de la administración de Juan Manuel Santos no fue durante las marchas campesinas que se fusionaron con el paro agrario en agosto de 2014, tiempos aquellos de “ese tal paro no existe”. Ciertamente, el cruce del Rubicon en términos de opinión pública comenzó cuando los precios del petróleo se desplomaron a finales de ese mismo año y el Gobierno Nacional tuvo que sortear una de las peores crisis en sus ingresos, si es que no es la peor en toda la historia del país. En ese entonces, Ecopetrol había hecho sus presupuestos de funcionamiento con US$60 por barril de crudo para el año siguiente y tuvo que conformarse con precios bajos que cayeron hasta los US$26 en los años siguientes.
A todos los países “petroleodependientes” los afectó de manera grave, con especial fuerza a Venezuela y Rusia, mientras que los tradicionales grandes productores del Medio Oriente sortearon la situación con ahorros históricos y las arcas llenas. Cabe recordar que los precios cayeron por la entrada de los barriles de Irak, por los descubrimientos en Alaska y el fracking en Estados Unidos, especialmente, a lo que se sumó el aumento en las cuotas de producción de los tradicionales y la ausencia de acuerdos de precios a los que han acostumbrado el mercado del crudo los países de la Opep. El año pasado las cosas cerraron en medio de una calma chicha, pero con pronósticos de que el precio se estabilizaría en 2017 en torno a los US$55, precio con que los gobiernos regionales hicieron presupuestos, Colombia no fue la excepción.

Pero ahora no hemos dado cuenta que la negativa de Rusia a recortar su producción de crudo ha generado una oleada de ventas en el mercado de petróleo haciendo que el WTI se deprecie hasta 4% y el Brent ceda más de 3,5%, una situación que traduce en precios reales de US$45,61 para el WTI y US$48,32 para el Brent. Una pésima noticia para países que como Colombia no han sabido diversificar su canasta exportadora muy a pesar de contar con más de una docena de tratados de libre comercio y una buena tasa de cambio, que justamente es la otra cara de la moneda, pues para nadie es un secreto que en la mayoría de las veces cuando el petróleo cae, el dólar sube. Ecopetrol ha hecho la tarea y está haciendo las reestructuraciones que debió hacer hace varios años: prepagando deuda, reduciendo burocracia, buscando crudo o gas en el exterior y cumpliendo con el imperativo de hacerse más eficiente.

Es un lío que el barril de petróleo caiga por debajo de los US$50 porque le daña los presupuestos del gobierno central que deberá revisar sus números a la baja y volver a experimentar una situación como la de 2015, en la que no tuvo recursos para hacer inversión social. Son las condiciones del mercado que poco o nada se pueden cambiar; lo que sí está en manos del Gobierno es reducirse más, hacer un plan de choque para no dejarle la olla raspada al próximo mandatario y con miles y miles de funcionarios y entidades sin roles ni tareas productivas. A la administración Santos no le queda más de 13 meses en tiempo de mandato, pero en tiempo efectivo de transformaciones solo le quedan menos de nueve meses pues talanqueras como la Ley de Garantías frenan cualquier ejecución robusta.