Editorial

El miedo a que se desarrolle y decrete una pandemia por el virus de Wuhan

La Organización Mundial de la Salud aún no se decide si el coronavirus es una emergencia de salud pública de interés global, pero el miedo y la preocupación crece como una pandemia

Editorial


Las pandemias son parecidas a las crisis financieras o económicas, la pregunta no es si hay una en desarrollo o creciendo en silencio, sino cuándo estallará. Este primer mes del año ha estado marcado por el llamado “virus de Wuhan”, “coronavirus” o por su nombre científico “2019-nCoV”.

Todo comenzó el pasado 8 de enero cuando The Wall Street Journal publicaba la noticia de que científicos chinos habían descubierto un nuevo virus al investigar un brote de neumonía.

Con el paso de las semanas, el hecho llegó hasta la sede de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza, entidad responsable de calificar o valorar este tipo de situaciones y poner de acuerdo a las autoridades sanitarias de todo el mundo para crear protocolos de manejo y bloquear su multiplicación.

La emergencia de salud pública china ya es de interés internacional y se está analizando si existe la posibilidad de que cause una pandemia, es decir, que llegue a varios países, registre muertes por su causa y no tenga vacuna a la vista, dado que la mayoría de las personas no tienen inmunidad contra él.

Hasta hace pocos días el nuevo virus no había salido de China, pero con el paso del tiempo ya está en el continente americano con casos probados en Estados Unidos y otros en estudio en México.

Si bien hay mucho desinformación y cacería de brujas, en Colombia el llamado coronavirus todavía es un asunto de investigación, no obstante, las autoridades sanitarias ya han tomado cartas en el asunto, en especial extremando los controles en las fronteras y la llegada de pasajeros de los destinos probados de contagio.

Países como Tailandia, Japón, Corea del Sur y Australia han declarado casos, pero sin decretar la emergencia tal como ha ocurrido en la región china de Wuhan donde las muertes crecen poco a poco sin conocer datos oficiales.

El caso trae a colación lo ocurrido en 2003 cuando el llamado, Sars, se propagó a partir de pequeños mamíferos desde China y llegó al continente americano causando muchas muertes. En ese momento, entre noviembre de 2002 y julio de 2003, más de 8.098 personas se enfermaron y 774 personas murieron en distintos los países.

Lo curioso del asunto es que el virus desapareció de un momento a otro sin dejar rastro. En China, el problema es de marca mayor, no por las dimensiones del contagio, sino por el pánico que se ha generado, pues esta suerte de gripa ya ha llegado a Pekín, Shanghái, Shenzhen y Hong Kong, capitales económicas que han comenzado ambiciosos programas de prevención y tratamiento del virus.

El miedo al contagio ha disparado las ventas de máscaras, gorros y desinfectantes, artículos muy demandados para protegerse de las impurezas del ambiente en todos los países de la cuenca del Pacífico. Puede ser que la globalización no solo facilite la transmisión del virus, sino que el miedo también se propague generando nuevos negocios que se desprenden por el miedo a las gripas tradicionales.

En términos de virus pandémicos, nunca sobran las prevenciones y las autoridades sanitarias locales deben expedir protocolos masivos antes de que pueda ser tarde algún caso de contagio; Colombia siempre será un país expuesto a este tipo de situaciones, por estar en el trópico y por tener un flujo aéreo de pasajeros nacionales e internacionales que supera los 30 millones.

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