Editorial

El millón de barriles y la gasolina cara

<p>El dilema de Gobierno es bajar verdaderamente la gasolina, pues está más que demostrado que es una de las más caras.</p>

Lo más probable es que la producción de petróleo durante este 2013 que ya llega a su final, se consolide en más de un millón de barriles diarios,  una cifra simbólica que habla del buen momento que vive en Colombia la explotación de crudo. Solo hay que mirar las cifras en las bolsas de valores de las empresas del sector que operan en nuestro país para detallar que están haciendo buenos negocios. Pero ese buen momento no se compadece con el precio de los combustibles que se paga en el mercado local: un galón de gasolina se consigue en promedio por encima de los US$4,5, una cifra muy alta para un país que produce tal cantidad de crudo.

Está claro que algo falla en la eterna ecuación del subdesarrollo en donde vendemos materias primas e importamos bienes elaborados y nadie entiende por fuera de nuestra fronteras cómo un país rico en esos recursos naturales, que sostiene ya una producción de un millón de barriles al día, tiene que pagar un combustible tan costoso. Países vecinos gozan de una gasolina barata, tal es el caso de Venezuela donde los combustibles son prácticamente regalados; de Perú en donde el galón está por debajo de US$3,8, y el de Ecuador donde no supera los US$3,5. Y si nos comparamos con los precios que se pagan en Estados Unidos, Alemania o Japón también nos va mal, pues estamos en esos niveles, incluso de países que no tiene ni una gota de petróleo.

El Gobierno no puede seguir siendo simplista y plantear que no han hecho falta iniciativas legislativas para que el combustible haya bajado $335, ese comentario es electorero, pues debe trabajar en soluciones estructurales no populistas. Está claro que el precio se estabilizó por miedo a las protestas sociales en vísperas de elecciones. Lo que debe hacer el Ministerio de Minas es rediseñar la fórmula de cálculo del precio de los combustibles simplificándola para que el ingreso al productor y el precio de paridad internacional no pesen tanto como actualmente sucede. La industria de hidrocarburos nacional e internacional debe ser más competitiva y esos buenos números no los puede sacar de vender cara la gasolina. El precio ha bajado, en lo corrido del año acumula una reducción de $335, pero eso es consecuencia de los constantes paros. Allí no hay ningún aporte gubernamental más que sostener el precio para evitar nuevas crispaciones.

Es cierto que el costo de los combustibles con el paso de los años ya no será tan determinante como ahora, pero mientras el sociedad viva de movilizarse en automóviles particulares y no exista verdadera conciencia de la huella de carbono y de las emisiones, este será un asunto de debate en el que el Ministerio de Minas debe tener claridad en sus políticas públicas en materia de combustibles.