El papel más triste de este Gobierno

Al actual Departamento de Planeación Nacional el nombre le queda grande porque poco tiene de planeación y su papel en esta coyuntura -el actual Gobierno- ha sido casi nulo, solo limitado a elaborar un Plan Nacional de Desarrollo que no se ha cumplido. Ha dejado de ser la entidad técnica por excelencia responsable de planear el país a largo plazo para convertirse en una cueva burocrática colateral del Ministerio de Hacienda.

De vez en cuando despierta de su hibernación intelectual para dar aviso de su existencia con iniciativas como la dada a conocer por la Cámara Colombiana de la Infraestructura, que denuncia la circulación de un borrador de decreto que pretende modificar, plazos y distribución de las vigencias futuras aprobadas, una iniciativa que genera alarmas en el sector productivo por los riesgos que alberga.

La medida tendría consecuencias penales, al tiempo que deja en el limbo el desarrollo de obras de infraestructura anunciadas con bombos y platillos. El objetivo de redistribuir vigencias futuras es una labor que solo le compete al Congreso, no al Gobierno Nacional, por lo que el decreto del alicaído DNP compromete los modelos de las Asociaciones Público-Privadas, APP.

Exministros y expertos en el tema plantean que su articulado contradice los planteamientos -recientemente esgrimidos- por la Contraloría General de la República, que en un control de advertencia advierte que las vigencias futuras pactadas en los contratos de concesión no pueden modificarse unilateralmente. El Estado estaría incumpliendo acuerdos y contratos firmados con los sectores privados que intervienen en los distintos proyectos. Es una muestra más de inseguridad jurídica que pone en tela de juicio los roles y las funciones de la otrora flamante Planeación Nacional.

“De expedirse, el decreto también pondría en riesgo la credibilidad en el sistema de Asociaciones Público-Privadas, que no solo se utiliza para la financiación y construcción de carreteras; es además fundamental al momento de desarrollar infraestructura social, tan necesaria para la disminución de la desigualdad en el país”, dice el documento revelado.

El origen del DNP tiene su núcleo en la necesidad de mirar a Colombia a largo plazo, “racionalizar la producción, distribución y consumo de riquezas, así como ofrecer al trabajador la protección adecuada de acuerdo con sus derechos adquiridos", la planeación hizo su aparición ligada a cambios estructurales e institucionales que dieron inicio a los consejos nacionales de economía y de política económica y social, como organismos asesores.

Todo eso se volvió entidad en 1958 cuando se creó el Consejo Nacional de Política Económica y Planeación y el Departamento Administrativo de Planeación y Servicios Técnicos, entidades que tuvieron funciones de estudio y recomendación de la política económica; en 1968 se modificaron las estructuras del Consejo y las entidades se transformaron en el Consejo Nacional de Política Económica y Social, Conpes, y Departamento Nacional de Planeación.

Si alguna entidad ha brillado por su ausencia y ha perdido todo brillo es el DNP, oficinas por las que alguna vez pasaron técnicos y hacedores de políticas públicas que contribuyeron con un desarrollo hoy amenazado. Unos profesionales responsables no pueden prestarse para seguir hundiendo la planeación nacional haciéndole un flaco favor a las autoridades económicas del país, y están obligados a enderezar su actuar, si no la misma historia los juzgará.