Editorial

El petróleo barato hunde a Venezuela y deja lecciones

<p>La situación de la economía del vecino país es el ejemplo clásico de la enfermedad holandesa que debe renombrarse como venezolana</p><p>&nbsp;</p>

La crisis económica de Venezuela no ha tocado fondo aún y en la medida de que el barril de petróleo pierde precio en el mercado internacional, la situación en el vecino país se hace insostenible en medio de una administración nacional acosada por la oposición que gana espacios políticos y por su incapacidad de solucionar los problemas crónicos y estructurales de abastecimiento. El pasado viernes el Gobierno de Nicolás Maduro declaró “estado de emergencia económica” para enfrentar la “guerra económica” que supuestamente sufre orquestada desde sectores de la derecha nacional e internacional. Pero por ningún lado plantea que la decisión responde a la caída de los precios del petróleo que han llevado unas exportaciones millonarias anuales de US$95.000 millones a US$30.000 millones.

El estado de emergencia decretado durará 60 días y se da en medio de la crisis económica más crítica en la historia del vecino. El 96% de las divisas venezolanas dependen de la producción y exportación de petróleo y nunca ningún gobierno ha podido sustituir las costosas importaciones, haciendo que el país, en términos de suministros, dependa de China, Brasil, Colombia o México. Claramente el modelo económico (socialismo del siglo XXI) heredado por el fallecido Hugo Chávez ha fracasado y nadie entiende en una economía de mercado cómo “el país petrolero con las mayores reservas de crudo del mundo sufre una severa escasez de alimentos y medicinas, una inflación de más de 200%, más un déficit fiscal de alrededor de 20%”.

El Gobierno venezolano tomó la decisión de cerrar la frontera con Colombia hace varios meses con graves consecuencias para los binacionales que habitan la zona; seguramente las medidas que adopte el Ejecutivo para salir de la crisis ahondarán la grave situación de intercambio en la frontera. No es un panorama de optimismo el que se experimenta en Venezuela un país muy crispado en lo político y cayendo en lo económico, al punto que se habla con insistencia de un eventual cese de pagos a la banca multilateral y a los tenedores de papeles gubernamentales en algún momento de los próximos 12 meses. Hay una situación ineludible entre Colombia y Venezuela es que históricamente han sido economías complementarias en donde lo que produce nuestro país se vende bien en el mercado venezolano, de allí a que si ellos lo están pasando mal, alguna repercusión en el clima comercial se presentará.

La mala situación de los precios del petróleo nos deja enseñanzas para el futuro como la perjudicial dependencia de un solo producto de exportación y la organización de toda la economía entorno al petróleo. Venezuela es el caso más grave de enfermedad holandesa que se pronosticó para Colombia, pero que el tejido industrial y agropecuario colombiano lo impidió.