El petróleo caro debe ser una oportunidad
viernes, 26 de agosto de 2022
Desde el 5 de diciembre le prohíben a la Unión Europea importar petróleo ruso, lo que desatará una escalada de precios que puede beneficiar a Colombia, si tiene las cosas claras
Editorial
Colombia podría pasar a la historia mundial como el país de las decisiones necias si mantiene el cuento populista de reducir o frenar la extracción del petróleo y otros productos mineros. Es un hecho que los precios del crudo enfrentarán un nuevo incremento al final del año, derivado de que los países pertenecientes a la Unión Europea no podrán importar el combustible desde Rusia como sanción económica por la invasión a Ucrania, que ya completó seis meses.
Es un hecho que habrá nuevos precios al alza al final del año y casi todo el primer semestre de 2023, JP Morgan prevé que puede alcanzar nivel “estratosférico”, de acuerdo con versiones de prensa recogidas por Bloomberg en las que plantean que podrían llegar a una cifra de US$380 el barril si las sanciones de Estados Unidos y Europa incitan a Rusia a recortar la producción en represalia a los castigos.
En ese mismo orden de acontecimientos, las reservas de Estados Unidos cayeron en unos 5,6 millones de barriles durante la semana que finalizó el 19 de agosto, lo que ha llevado a su gobierno a intentar suplir los 300.000 barriles diarios que le compra a Rusia con crudo venezolano, situación que ha desequilibrado la mesa de juego en la política regional. JP Morgan basa sus análisis en la sólida posición fiscal de Moscú: “pueden darse el lujo de recortar su producción diaria de crudo en 5 millones de barriles sin dañar excesivamente su economía, para gran parte del resto del mundo, los resultados podrían ser desastrosos. Un recorte de 3 millones de barriles en los suministros diarios llevaría los precios del crudo de referencia de Londres a US$190, mientras que, en el peor escenario de 5 millones, podría significar que el crudo llegue a un nivel de US$380”. Este es un escenario que llevaría al mundo a frenarse y a ahondar las recesiones que han ido apareciendo desde hace un par de meses, pero para países como Colombia, que cuentan aún con reservas de hidrocarburos para unos siete años, podría significar una gran oportunidad para obtener recursos para desarrollar su infraestructura y ejecutar programas de inversión social.
En lugar de hablar de frenar la exploración mineroenergética y no armar más bloques para encontrar petróleo en los océanos y en los piedemontes, se debería acelerar la consecución de más combustible para aprovechar los buenos precios del petróleo que van a registrarse durante la próxima década, cuando las energías renovables sean una realidad; pero para llegar allá todavía falta mucho tiempo y la transición energética la deben pagar los combustibles fósiles.
El actual Gobierno Nacional no puede condenar a las actuales y nuevas generaciones a vivir sobre la pobreza, cuando el subsuelo los premiaba con recursos. Gracias al petróleo y a su buen manejo, sostenible y sustentable, países como Noruega o Dinamarca, son ejemplos de desarrollo social y económico, lo mismo que Australia con el negocio del carbón. Es necio seguir planteando que el país económico es viable sin el petróleo, quizá para cautivar a los jóvenes o a los viejos desinformados; en tiempo de elecciones era un argumento vendedor, pero no lo sigue siendo para gobernar un país que está inundado en necesidades.