Editorial

El petróleo será lo que reactivará la economía

Al cierre del primer trimestre, la economía empieza a cambiar de cara, pero no por la dinámica de la construcción o el consumo, será por el sector de los hidrocarburos

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Diario La República · El petróleo será lo que reactivará la economía

En solo un par de semanas habrá concluido el primer trimestre del año y las esperanzas de que la economía crezca cerca de 5% durante 2021 dependerá mucho de las cifras oficiales que el Dane muestre sobre lo que ocurrió entre enero y marzo.

Empezar por decir que enero prácticamente fue un mes igual a los de la mayoría del año pasado con cifras de crecimiento en rojo; febrero por su parte presentó una leve mejoría, pero sin convertirse en un tiempo de motor de crecimiento, quizá sus cifras estén en terreno positivo, pero marzo será mucho mejor de lo esperado, no solo por la dinámica que va tomando el plan de vacunación, sino porque termina en Semana Santa y los precios de las materias primas en todo el mundo mejoran con el paso de los días.

Las dos situaciones representan para la economía colombiana mejora en la dinámica del turismo interno e impulso petrolero. No es el momento oportuno de iniciar una nueva discusión sobre la dependencia que la economía doméstica tiene del petróleo, ni mucho menos si hay una estructura turística que permita generar más y mejores empleos. Lo que hay por ahora para llevar a la economía a terreno positivo es eso, una buena dinámica del turismo y excelentes precios del petróleo. No sobra recordar que los presupuestos de la Nación para este año fueron elaborados con precios del barril de petróleo a unos US$55 en promedio y que cualquier dólar por encima de eso representa casi $300.000 millones diarios de ingresos para las arcas del Estado; situación que permanecerá durante todo el año, lo que aliviará el déficit, dinamizará la economía y le permitirá al Gobierno Nacional concentrarse en la ejecución de obras de infraestructura que revitalicen todo. Solo falta que las tasas se mantengan, que haya dinámica de consumo, que el sector de la construcción vuelva por sus fueros y que el agro siga en terreno positivo como ocurrió durante el año pasado. De momento, hay que esperar a que el petróleo lo vuelva a hacer y sea el producto y sector que reactive.

Ahora que se avecina una época electoral, es importante ir identificando los temas cruciales de discusión y sobre los cuales se necesitan propuestas disruptivas, pues la pandemia impidió que la economía colombiana lograra una verdadera renovación en su oferta exportable o que cambiara los pilares que la han sostenido durante décadas. El sector minero energético sigue siendo la espina dorsal de la economía doméstica, así lo ven la banca multilateral y las firmas calificadoras de riesgo. Por tanto, debe empezar a consolidarse una hoja de ruta de lo que puede ser la economía de acá a 2030, tiempo en el que los desarrollos tecnológicos determinarán la producción de los países.

Para esa hoja de ruta es importante tener en cuenta que muchos minerales son necesarios para la transición energética en la que está enfocado el Gobierno. Un dato elocuente: la humanidad requerirá en el próximo cuarto de siglo la misma cantidad de cobre que ha consumido durante toda su existencia, consecuencia de los adelantos tecnológicos y de la inminencia de la cuarta revolución industrial, que dicho sea de paso, está soportada sobre minerales, por tanto, no se puede pensar que la economía colombiana simplemente se olvide de la explotación de esos recursos; el punto será hacerlo de manera sostenible.

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