Editorial
El Plan de Choque de Santos
lunes, 15 de abril de 2013
Los gremios le piden al Presidente que el Plan se ejecute, que no sea un anuncio para la reelección
Los gremios le piden al Presidente que el Plan se ejecute, que no sea un anuncio para la reelección
Juan Manuel Santos promulgó el Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo con el que quiere estimular la economía para que vuelva por la senda de crecimiento, que desde hace un año muestra algunas señales de desaliento. Los anuncios oficiales -que se publican en esta edición- incluyen una serie de instrumentos que merecen un análisis detallado y profundo, pero sus resultados solo se darán con el paso del tiempo, una vez sean asimilados por la economía.
Sin duda, el primer punto a destacar es la voluntad del ejecutivo y el equipo de Gobierno para encontrar fórmulas que permitan el objetivo planteado. Esa actitud genera un ambiente de confianza entre los agentes económicos al sentirse acompañados por el Estado en la búsqueda de mejores oportunidades. Y eso solo justifica el plan, así las medidas contempladas sean las tradicionales y hayan utilizadas por administraciones anteriores. El plan no se puede juzgar por la intención técnica que aportará un punto al crecimiento del PIB o genere autónomamente 350.000 empleos. Es muy difícil hacer esa evaluación cuantitativa.
El manejo de la tasa de cambio está en el centro del paquete del gobierno, lo cual no es novedoso y es una preocupación desde hace años sin que se haya logrado mucho avance por la sencilla razón del margen de maniobra limitado que tienen las autoridades internas frente al problema. La revaluación de las monedas es consecuencia del manejo dado por la Reserva Federal a la economía de Estados Unidos. Que los fondos de pensiones puedan ampliar su portafolio en el exterior es una buena decisión, siempre y cuando haya un estricto seguimiento por parte de las autoridades pues son recursos “sagrados” en los que debe prevalecer la seguridad antes que la rentabilidad.
En una primera aproximación al análisis del plan, merecen destacarse dos medidas importantes, que creemos impactarán favorablemente: la disminución efectiva en la tasa de interés para la adquisición de vivienda, que ya se estaba convirtiendo en factor de retracción, pues el costo financiero estaba ya superando en el margen el valor de las viviendas.
La otra medida está relacionada con la creación de una línea de crédito de hasta 15 años para aquellas inversiones relacionados con la infraestructura en el sector agrario, destacable pero que debería ser extendida a otras necesidades del campo que van más allá de los asuntos del día a día, como la investigación y el emprendimiento. El bien intencionado plan parece dejar por fuera dos aspectos de gran importancia para la recuperación de la economía: la atención especial y concreta a la pequeña y mediana industria, principal fuente de generación de empleo y la garantía del mantenimiento de una demanda de los hogares, para lo cual tasas de interés por encima de 30% para el consumo son un atentado.