Editorial

El pleno empleo de Trump y su coletazo regional

Hasta los opositores están sorprendidos por los datos tan bajos de desempleo que se presentan en Estados Unidos, un nivel de 3,6% que no se veía desde hace 49 años

Editorial


La economía de Estados Unidos va viento en popa y sin peligros a la vista que vaticinen un recalentamiento, tal como lo han insistido en pronosticar los opositores al mandato de Donald Trump. Pero el último dato de desempleo ha dejado a todos sorprendidos, más aún, a quienes se oponen de oficio al Presidente republicano, quienes han tenido que cambiar de estrategia de destrucción contra las exitosas políticas económicas.

Dicen las agencias de noticias especializadas que “el ritmo de creación de puestos de trabajo se aceleró en abril en Estados Unidos y la tasa de desempleo cayó a un mínimo de más de 49 años de 3,6%, lo que apunta a un crecimiento sostenido de la mayor economía del mundo. Sin embargo, el crucial reporte de empleo divulgado por el Departamento del Trabajo mostró que el aumento del salario promedio se mantuvo estable el mes pasado, en un nivel consistente con una inflación moderada (...) El declive en la tasa de desocupación se produjo mayormente porque más personas dejaron la fuerza laboral, lo que sugiere que existe cierto rezago en el mercado del trabajo”.

Esta misma semana, la Reserva Federal decidió mantener sin cambios las tasas de interés, sin expresar deseos de ajustar la política monetaria en el futuro cercano, dadas las buenas expectativas para el segundo trimestre de la economía estadounidense. En palabras del presidente de la Fed, Jerome Powell, la economía y el crecimiento del empleo está en niveles ligeramente más sólidos de lo que se anticiparon inicialmente a lo que se debe sumar que la inflación está más débil. Incluso los aumentos de puestos de trabajo son lo suficientemente sólidos para dispersar preocupaciones sobre la salud de la economía. Las alzas salariales también se mantuvieron estables y la cifra dejó la inflación salarial anualizada en 3,2%. En pocas palabras, el consumo en Estados Unidos puede tirar del carro a las economías como la colombiana que dependen en buena parte de lo que allí ocurra.

Una de las frases más populares usadas cuando las cosas van mal, también pueden valer para cuando todo pinta mejor. Se trata del adagio popular que reza: cuando Estados Unidos estornuda el mundo se resfría, que también puede actuar a la inversa y es que cuando Estados Unidos va viento en popa y su economía registra históricas cifras de generación de empleo, tasas de interés estables y buenas remuneraciones, no habría por qué pesar una cosa distinta a que los exportadores colombianos tendrán un año maravilloso si se concentran en ser eficientes y competitivos en el mercado del norte.

Es más que una oportunidad de oro para la industria nacional que todo le marche bien a la fórmula económica de Trump y que ese mercado esté más dinámico que nunca. Es el momento de aprovechar de verdad el tratado de libre comercio con ese motor de la economía mundial y apalancarse en una tasa de cambio por encima de los $3.200, cifra que le representa grandes ingresos a los exportadores tradicionales de café, banano, flores y, por supuesto, de petróleo. Es un momento de oro que debe capitalizarse más aún que existe una buena relación diplomática con Estados Unidos y una alta posibilidad de que el actual mandatario sea reelegido si las condiciones siguen tan estables como hasta ahora.

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