Editorial

El problema de que los precios no bajen más

Gráfico LR

Así la inflación de mayo sea menor a la del mismo mes del año anterior, no es un buen dato que entre el cuarto y el quinto mes corridos la baja de los precios se haya estancado

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Diario La República · El problema de que los precios no bajen más

No es un dato menor: la variación de los precios de abril y mayo de este año es de 7,16%, de acuerdo con lo informado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, lo que quiere decir que la inflación en Colombia es más que indómita y se resiste a ceder.

Si bien en mayo de 2023 era de 12,36%, el 7,16% actual es aún impresentable, es el tercer porcentaje más alto de América Latina, solo superado por Venezuela y Argentina, economías que han perdido la asignatura inflacionaria desde hace décadas.

El problema real para los consumidores es que la tendencia que traía el IPC de caer, casi un punto al mes, se paró como quien le pusiera un freno de mano al ritmo económico. No es una buena noticia: los precios de mayo prenden las alertas sobre cómo cerrará el primer semestre del año. Una inflación que supera 7% es una desgracia para las 14 millones de familias que han visto cómo su poder adquisitivo se ha afectado durante los últimos años.

El segundo semestre siempre tiene un mejor comportamiento económico aupado por el consumo de las vacaciones de medio año, los puentes y las festividades, además de las expectativas de un año nuevo mejor, pero si la inflación se convierte en un hueso duro de roer, los fundamentales pueden afectarse vía tasas de interés que habían venido bajando en la misma tendencia de la inflación, pero no al mismo ritmo.

El Fondo Monetario Internacional y el Banco de la República habían coincidido en que no es momento de bajar las tasas como la gente y el gobierno piden a gritos. La administración central cree que la inflación de 2024 debe estar muy cerca de 5%, mientras que para 2025 sea de 3%, un ideal fácil de conseguir si el Emisor es coherente y los ministerios de la producción hacen su papel de producir más y a mejores precios.

La inflación no solo se controla bajando las tasas de interés, sino garantizando una buena producción a mejores precios, un transporte eficiente y, por supuesto, importaciones que no afecten bienes y servicios locales. A los ojos del Dane, las mayores variaciones de precios se dieron en hoteles, alojamientos y servicios públicos con 2,77 puntos; los transportes variaron 1,20 puntos, y en tercer lugar, restaurantes y gastrobares con 1%, estos grupos representan 70% de las presiones al alza de la inflación de mayo.

La inflación es “el impuesto de los pobres”, y el problema económico más grave para las familias; solo conviene recordar que unos 18 millones de colombianos viven en condición de pobreza, de los cuales 7 millones padecen miseria; si bien la inflación es universal para todos los grupos poblacionales, realmente disminuye la capacidad de compra de quienes tienen menor poder adquisitivo, afecta a todos no por igual, a todas las personas les suben los precios, pero es con los de menores ingresos con quienes se ensaña más la variación de precios; menos ingresos quiere decir precios más altos.

No es un impuesto técnicamente, pero sí un sobrecosto que los estratos socioeconómicos más solventes pueden tolerar con mayor facilidad. Hay un aspecto más preocupante en esta coyuntura y es que la inflación golpea el consumo en un momento en que la economía necesita reactivarse. Las decisiones de consumo estaban parqueadas por la gran incertidumbre, ahora pueden congelarse por las mismas expectativas de que todo se va a encarecer.

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