Editorial

El problema no solo es Chocó, es el Pacífico

<p>La región del Pacífico en Colombia es la más olvidada en toda la historia, mientras que&nbsp;los líderes pregonan que el futuro está en la cuenca de ese Océano.</p><p>&nbsp;</p>

La región del Pacífico en Colombia es la más olvidada en toda la historia, mientras en los líderes pregonan que el futuro está en la cuenca de ese Océano.

Son cuatro los departamentos colombianos que tienen costa sobre el Océano Pacífico: Nariño, Cauca, Valle del Cauca y Chocó. Es un rico litoral de 1.300 kilómetros, según datos del Banco de la República, sobre los cuales hay un solo puerto, Buenaventura, y algunas poblaciones como Tumaco y Guapi que acceden casi directamente al mar, mientras que Quibdó es una ciudad afincada sobre el río Atrato, no sobre el mar Pacífico, pero sí en su vasta región de influencia. Esa zona es rica en minería, fauna, flora y sobretodo en turismo. Pero tiene dos grandes problemas bien difíciles de solucionar a corto plazo, tal como el resto de un país centralista lo reclama: la corrupción y el subdesarrollo en términos de infraestructura y recurso humano.

Los chocoanos están en pie de protesta por el legendario olvido de los gobiernos centrales y tiene alguna razón; sus reivindicaciones pueden extenderse a todos los cuatro departamentos con casi la misma intensidad. Nariño, en términos de pobreza es la segunda región más golpeada del país; Cauca es el segundo departamento con más desempleados; el Valle del Cauca es la zona que más desplazados por la violencia recepta, y Chocó cuenta con la peor infraestructura de Colombia. Y el problema no siempre es el Gobierno Nacional actual, es un problema crónico de olvido, pero también de corrupción y de falta de liderazgo de esas regiones. Nariño tiene su eje de decisiones en Pasto y se olvida de Tumaco; Cauca no tiene una carretera que conecte a Popayán con Guapi (en términos reales no está conectado al Pacífico); Valle del Cauca vive del cuento de ser el epicentro del Pacífico colombiano, pero no mira a Buenaventura, y el triste Chocó ha sido presa fácil de funcionarios públicos corruptos que se dan el lujo de tener un “barrio del Estado” estrato seis levantado con coimas de contratistas.

Casi todos los últimos ministros de Comercio, Industria y Turismo han promulgado el cuento de la Cuenca del Pacífico y han asistido a sendos eventos internacionales sobre dicha región, que sin lugar a dudas es el epicentro del comercio mundial, pero han sido incapaces de meter a Colombia a esos importantes grupos de países como el Foro Apec. Incluso han lanzado estrategias de Colombia- Pacífico en Cartagena y Bogotá, dando muestras de miopía en las políticas públicas. Para nivelar el desempleo de la región olvidada por todos los gobernantes es necesario generar empleos y para ellos deben desarrollarse industrias, que a su vez no miran al Pacífico porque no son competitivos. Colombia necesita conectar al Pacífico con el resto del país con una infraestructura básica como son las carreteras y los puestos, además de dotar a las universidades de los currículos diferenciados que necesita esa región.

El promocionado posconflicto tiene que ver con mirar el Pacífico de manera integral de cara a la nueva Colombia y dejarlo de tener como una zona problema y sin futuro.