Editorial

El Procurador no apareció en lío de los pases

<p>El ministerio público pasó desapercibido en el tema de las licencias, lío que pone en evidencia una vez más la improvisación.</p>

Lo más fácil es decir que los colombianos dejamos todo para última hora; o que éste es el país del Sagrado Corazón en donde todo puede pasar; incluso para otros, aquí todo parece estar diseñado para que nada funcione eficientemente. El mejor ejemplo es lo que está ocurriendo con el cambio de las licencias de conducción dispuesta hace mucho tiempo y que es una medida necesaria, pues para nadie es un secreto que en Colombia coexistían tres o cuatro tipos de pases que no eran homologados con el fin de asegurar mayor seguridad entre quienes tienen que conducir un vehículo.

La ministra de Transporte, Cecilia Álvarez, le ha dejado toda la responsabilidad a su viceministro, Nicolás Estupiñán, quien no ha diseñado una estrategia efectiva para que los colombianos puedan cumplir con ese mandato. Primero fue la poca claridad sobre quiénes debían cambiar la licencia, luego los plazos muy apretados, posteriormente las largas filas para hacer la vuelta, y ahora finalmente, un pico y placa para renovar. Todo un calvario que una vez más pone en evidencia que los funcionarios públicos no están preparados para ejecutar políticas ambiciosas, como puede ser cambiarle el carnet de conducir a su población. Nadie entiende por ejemplo, por qué las EPS no pueden avalar los exámenes médicos que exigen las secretarías de tránsito, o por qué no se empezó por regiones o ciudades. Son muchas las preguntas sin resolver.

Pero más llama la atención el silencio de la Procuraduría General de al Nación sobre la caótica situación desatada por los funcionarios públicos responsables del funcionamiento del transporte en todos los departamentos. El procurador, Alejandro Ordoñez, no ha dicho ni hecho nada al respecto en una situación que afecta a más colombianos que cualquier otro problema. El malestar continúa, pues el caos en los funcionarios que deben hacer los cambios es una realidad. Las entidades de tránsito departamental, distrital o municipal tienen la competencia para elaborar, expedir y controlar las licencias de conducción, pero la desinformación y la ineficiente atención a los interesados es evidente en todo el territorio.

Insistimos en que la renovación, unificación y homologación de solo un tipo de licencia es una necesidad para garantizar la seguridad del tránsito, pero debe hacerse bien planeada y con varios escenarios para que todo fluya normalmente. Así sucedía con las cédulas y la Registraduría General del Estado Civil, logró que en Colombia se tenga un solo documento de identidad en una base blindada contra los falsificadores. Muchas preguntas: por qué al Ministerio de Transporte le quedó grande el tema y por qué el Ministerio Público guarda silencio.