El reto de crecer las personas de la clase media

No todo son malas noticias y avanzar en las etapas del desarrollo económico solo se logra partiendo de la realidad, pero con altas dosis de optimismo. En el reporte del Banco Mundial, “Tendencias recientes de pobreza y desigualdad en América Latina y el Caribe” se muestra una reducción generalizada de la población en estado de pobreza en América Latina hasta alcanzar un récord de 25%, la cifra más baja en lo corrido del siglo XXI.

Un dato que no es menor y que debe ser una nueva base para seguir creciendo y sacando a más personas de la pobreza. A la luz de las cifras de la banca multilateral, el porcentaje de colombianos de “clase media” aumentó 4,7% hasta alcanzar a 34% de la población en 2023, es decir, 17,9 millones de personas. Pero, ¿qué es clase media? Hay muchas maneras de definir el concepto. Popularmente se asigna el rótulo por ingresos, status social, nivel educativo, aspectos culturales o simplemente mentales.

De acuerdo con el Dane, los hogares por nivel de ingreso se pueden caracterizar como clase media cuando tienen en promedio cuatro personas con ingresos entre los $3 y $15 millones. El Banco Mundial y el BID coinciden en que pertenecen a la clase media quienes perciban ingresos diarios entre los US$10 y US$50; vulnerables quienes al día tengan entre US$4 y US$10 diarios y, pobres, todos quienes logren ingresos por debajo de esos US$4. Estos son los rangos que utiliza el Dane.

Hay otras mediciones más relativas (subjetivas), que definen a la clase media como “el conjunto de personas o familias que ocupan cierta posición intermedia en la distribución del ingreso (por ejemplo, entre los deciles 4 y 6). Estas medidas tienen ciertas ventajas, pero tienen también sus limitaciones.

Existen además enfoques sociológicos en los que se incluyen criterios distintos o adicionales al nivel de ingresos, como decir la educación, la ocupación, los patrones de consumo, la estructura familiar, la movilidad intergeneracional, la estabilidad o formalización del empleo y a veces inclusive las aspiraciones de los individuos”, (Vivas Pacheco, Departamento de Economía de la Universidad del Valle).

“Ser de clase media no es solo superar un umbral de ingresos, sino adueñarse de la propia existencia. Es confiar en el futuro y construirlo: estudiar mucho y disfrutar de la cultura. Es educar a los hijos para que sean libres, sigan su pasión, nos trascienden y vuelen lejos”, (Escobar Arango, Comfama).

Al observar solo las últimas cifras del Banco Mundial, el país se ubica de decimotercero entre 15 economías estudiadas; Uruguay y Chile tienen los mejores registros 67,7% y 65,4% de la población. La proporción de personas que vive en condiciones de pobreza se redujo 6,4% entre 2021 y 2023, la cifra se cerró el año pasado en 32,4%. Lo más preocupante es que si 34% son clase media y 32% pobres, en dónde está el 44% restante.

La respuesta es la más preocupante, pues el grueso de ese porcentaje es la llamada franja vulnerable, pues a los ricos (clase alta) solo pertenecen quienes tienen ingresos de US$50, poco menos de 4% de los colombianos; la vulnerabilidad de más de la tercera parte de los colombianos (40%) hace que las ideas políticas extremistas, las mentiras electorales, la desesperación y las mismas necesidades básicas insatisfechas, sean pan de cada día en la lucha por construir un país más desarrollado.