El revolcón al mercado de las motocicletas
miércoles, 26 de junio de 2024
Las motos no solo les abrieron un roto a los sistemas de transporte público, sino que revolucionaron la movilidad en Colombia, pero el costo ha sido enorme en desorden
Editorial
El próximo año las motocicletas que sean ensambladas o importadas en Colombia tienen que estar equipadas con sistemas de frenado avanzado, antibloqueo y combinados, certificados por la ONU o haber sido aprobados por la Federal Motor Vehicle Safety Standards de Estados Unidos; además, contarán con mayores exigencias técnicas que reduzcan la alta accidentalidad de estos vehículos, pues no puede ser menor que los accidentes con fatalidades que comprometen a los cada vez más moteros, pasaron de unos 3.000 en 2014 a más de 6.000 en 2024.
El Ministerio de Transporte y la Agencia Nacional de Seguridad Vial liberarán el reglamento técnico para motocicletas, a través del cual, se exigirá un nuevo sistema de frenado certificado a nivel internacional, que seguramente redundará en beneficio de sus usuarios.
En menos de una década, Colombia pasó a ser uno de los 10 mercados globales más lucrativos para los ensambladores e importadores de motocicletas, solo superado por países asiáticos, y todo, gracias a la baja normatividad del Estado que fue incapaz de controlar la importación de vehículos de malas condiciones técnicas y sin ningún rigor al expedir licencias de manejo.
En un par de años se venderán más de un millón de unidades, desplazando del décimo puesto a Estados Unidos. La bonanza de las motos de baja calidad ha sido uno de los factores que mantiene a los sistemas de transporte masivo en números rojos, pues siempre será más barato adquirir una moto utilizando el dinero de los pasajes en bus para una aparente inversión en transporte; situación muy bien aprovechada por los importadores sin escrúpulos que hacen su agosto a costa de las necesidades de movilización digna de las personas.
El grueso de las motos hasta hoy comercializadas -solo se necesita la cédula- no cuentan con un buen sistema de frenos ni han sido adaptadas a las condiciones de las regiones colombianas, lo que explica gran parte de la accidentalidad; a lo que se suma el desgreño de las autoridades al intentar controlar la movilidad en moto, dicho sea de paso, no pagan peajes, muy a pesar de que deambulan por las carreteras nacionales.
Es más, en muchas ciudades se han convertido en frentes de lucha o de beligerancia en contra de los gobernantes que intentan reglamentarlos. El mototaxismo es una realidad inmanejable en la inmensa mayoría de las poblaciones colombianas, sin ningún tipo de seguridad para los usuarios, es una epidemia incubada por la gran oferta de motos baratas que deambulan por las calles sin que las autoridades logren poner en cintura esta situación.
Por fortuna, el próximo año la inmensa mayoría de las motos que hoy ruedan por Colombia, unas12 millones de unidades, serán obsoletas al no contar con los frenos adecuados, por tanto, las revisiones técnico mecánicas o la expedición del seguro, Soat, serán bien complicadas de obtenerse.
Tampoco es menor que en la inmensa mayoría de los hechos delictivos que se suceden en todos los rincones del país siempre esté vinculada una motocicleta; situación que no ha motivado, por pura responsabilidad social, a los importadores de estos vehículos a trabajar con las autoridades para filtrar más la venta de motos o adicionarles dispositivos de seguridad digitales. Lo que viven todos los pueblos y ciudades con las motos es una tétrica escena salida del viejo oeste americano.