Editorial

El segundo tiempo del Procurador

El Ministerio Público es fundamental en la lucha contra los corruptos que son el verdadero problema de Colombia.

Alejandro Ordóñez no es un hombre ordinario, es de esos que dejan huella en donde están, y que bajo ningún motivo pasan desapercibidos. Es un santandereano a carta cabal que hizo una buena gestión en su primer tiempo en el ministerio público, a pesar de sus posiciones radicales en un cargo que amerita más cordialidad social y un absoluto ejercicio de tolerancia. Y ahora que ha sido premiado por los senadores para que esté al frente de la Procuraduría General de la Nación hasta 2016, debe pasar a la historia por sus ejecuciones legales en contra de los funcionarios públicos corruptos y no por dejarse llevar por principios sectarios o dogmáticos.
Es un gran profesional que sabrá entender la nueva Colombia integradora de muchas creencias y de cientos de tendencias. Debe ser un pilar de la democracia y no un Savonarola que utilice el importante cargo para juzgar y quemar en la hoguera a los ciudadanos molestos o ‘ruidosos’. El Congreso que lo reeligió es una institución desgastada, de poca credibilidad, que no ha sabido reinventarse ni cambiar sus prácticas clientelistas. A lo largo de muchas décadas se ha configurado como una factoría especializada en pedir puestos públicos, muchos de ellos en la Procuraduría. Dice el reelegido ministro público que no se dejará amedrentar ni presionar por quienes lo mantuvieron en el cargo, bastará ver qué sucederá y si sus palabras son ciertas en los próximos cuatro años.
El procurador Ordóñez debe aprovechar esta nueva oportunidad que le da la vida política para darle una guerra frontal a la corrupción que es la madre de todos los males de Colombia. No son los ateos ni los homosexuales, son los funcionarios corruptos que saquean las arcas del Estado llevándose los recursos de los hospitales, los colegios y la infraestructura, relegando al país económico y social a los últimos puestos en competitividad internacional y elevando a los primeros lugares en desigualdad social y pobreza. Doctor Ordóñez: tiene una oportunidad de oro para hacer historia y seguir creciendo en su carrera política que lo llevará a nuevas responsabilidades, si realmente se erige como la piedra angular contra los funcionarios inescrupulosos. La Constitución así se lo ordena, investigar a los trabajadores y contratistas del Estado que se han hecho ricos con los recursos públicos y no han entregado sus tareas o encargos.
Lo que sí estamos seguros que hará el Procurador reelegido es dar mucho de qué hablar en los próximos cuatros años, pero ojalá sea para bien del país, de todos los colombianos, y no en beneficio de los senadores que abrumadoramente lo llevaron nuevamente al importante cargo.