Editorial

El Valle no puede vivir en interinidad

Son los propios habitantes del valle del cauca quienes deben trabajar por cambiar el rumbo político de su departamento.

Una de las regiones líderes de Colombia, que hace tres décadas caminaba detrás de la marcha económica que le imponía la Capital de la República, se está relegando irremediablemente sin que su clase dirigente haga algo verdaderamente disruptivo por detenerlo. Hablamos del Valle del Cauca, el departamento líder llamado a empujar el desarrollo del suroccidente colombiano y a abrir las puertas del Pacífico al comercio nacional. No se puede coincibir que la ahora tercera región que más aporta al Producto Interno Bruto de Colombia - antes la segunda - ajuste más de una década en medio del desgreño político. Ahora el turno en la gobernación le tocó al Alto Consejero para Asuntos Políticos, Aurelio Iragorri Valencia, como gobernador encargado de este departamento que cuenta con nueve mandatarios entre elegidos y encargados desde el 2000 hasta la fecha.
Héctor Fabio Useche, el último nombrado en propiedad, fue sindicado por la Contraloría General de la República de ser responsable colectivo de detrimento patrimonial por $40.767 millones ocasionado a la Industria Licorera del Valle, una de las empresas públicas emblemáticas de la región. El problema para el Departamento no es el delito o la falta cometida por el mandatario elegido, es la pasividad de sus actores empresariales y políticos en la democracia de la región.

De nada valen las constantes peticiones de la dirigencia de Cali y el Valle para que se recupere el liderazgo, si sus palabras solo se quedan en comunicados de prensa.
Por el bien del país económico, social y político, el Valle del Cauca debe recuperar cuanto antes el liderazgo regional, dado que tiene las condiciones para lograrlo en poco tiempo: excelentes universidades, tradicionales centros de investigación y desarrollo, rica variedad cultural, fortaleza geográfica, frontera internacional cercana, y lo que es su verdadera joya: el Océano Pacífico. No en vano allí se afincaron y se siguen ubicando grandes empresas multinacionales que han hecho de la región suroccidental el epicentro de sus operaciones internacionales.
Pero nadie va a llegar de ningún lugar a decirles a los vallecaucanos qué deben hacer para salir del limbo político que afecta irremediablemente a la economía nacional, ni cómo salir de esta penosa situación. Son ellos mismos, sus fuerzas vivas, sus actores sociales los llamados a articular un plan que involucre particularmente a sus universidades y a las nuevas generaciones a repensar lo que se ha hecho para no cometer en el futuro los mismos errores. El Valle y sus riquezas siempre estará allí, no que va a ir cambiando son sus actores llamados a recuperar una región privilegiada.