Empleo al son de horas extras e impuestos
lunes, 15 de septiembre de 2014
<p>Debe haber sincronización entre los ministerios de trabajo y hacienda en materia de recargos laborales e impuestos. </p>
No habla bien de la sincronización de políticas públicas del Gobierno Nacional cuando se disparan iniciativas contradictorias por varios frentes distintos que golpean los intereses de los empresarios, quienes tienen el objetivo misional de crecer las utilidades para sus socios y accionistas, además de generar empleo formal. No se explica cómo aún sin conocerse los alcances verdaderos de la reforma tributaria, la administración Santos deja que tome vuelo la idea reformular los horarios de trabajo en términos de extensión de la jornada y se retroceda en un logro que conseguido por administraciones anteriores. A todas luces es totalmente contradictorio que se hable de crecimientos sostenidos del PIB por encima de 5% y que se intente bajar de 9% el desempleo cuando no se está desmotivando la creación de empresa y el emprendimiento de nuevos proyectos productivos.
¿Cómo los empresarios colombianos pueden ser competitivos cuando se crecen las cargas laborales y se aumentan los impuestos? El Presidente debe tomar las riendas del poder y alinear a sus ministros que claramente tienen ideas encontradas de lo que debe ser incentivar a los empresarios. Claro que hay que pagar impuestos y que el tributo al patrimonio es necesario que se suba para muchas compañías con capacidad de pago tributario, pero es inconcebible que se pretenda retroceder y retornar a la obsoleta jornada laboral que terminaba con la luz del día, a las seis de la tarde, en un país que le apuesta a trabajar los siete días de la semana durante todo el año.
Carga a los empresarios con más horas extras es un factor que afectará el desempleo y la informalidad. La tasa natural de desempleo ronda 9%, una cifra que sigue siendo alta, pero la tendencia mostrada en los últimos años es que baje. No obstante, a pesar de los esfuerzos en política macroeconómica de la última década e incrementos del salario mínimo por encima de la inflación y la productividad, pueden irse al traste con el incremento de los costos laborales vía salarios extraordinarios. No podemos olvidar que el incremento de los costos laborales no salariales implementados en los 90, contribuyeron a una alta informalidad y pérdida del empleo.
No se debe modificar la ampliación de la jornada ordinaria de trabajo que propone incrementar los costos de recargo por hora trabajada nocturna o en días festivos. Es contundente que una decisión en el sentido contrario iría en contravía de los intereses en términos de generación de empleo. De lo contrario la medida significaría un retroceso en la reducción del desempleo y haría más difícil cumplir el objetivo de alcanzar una tasa de desempleo cercana a 7% durante el próximo cuatrienio.
El Presidente debe tomar cartas en el asunto y mirar las iniciativas de los ministros.