En lo pensional hay que mejorar lo aprobado
sábado, 25 de mayo de 2024
En economía y negocios no se puede “llorar sobre leche derramada”, hay que reaccionar y aprovechar las situaciones atípicas para mejorarlas, eso pasa con la reforma pensional
Editorial
“Alea iacta est”, es una alocución latina usada en casos en los que ya no hay nada que hacer, en los que se ha tomado una decisión y hay que enfrentarla como vengan las consecuencias. El Congreso de la República, elegido por los colombianos hace poco menos de dos años, ha decido modificar el sistema pensional vigente durante los últimos 30 años, una recomendación hecha por todos los centros de pensamiento, la banca multilateral, las firmas calificadoras de riesgo, y por supuesto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde.
El origen de ese consejo generalizado por opiniones técnicas es el monto de la deuda pensional, el peso de esta obligación en las cuentas nacionales, pero sobre todo, que el llamado “bono demográfico” ha cambiado en un país que se preciaba de tener más de 70% de la población por debajo de los 40 años.
Hay claramente un desbalance entre los jóvenes que ingresan a trabajar formalmente y las personas mayores que se jubilan y optan por recibir una pensión.
Las obligaciones pensionales crecen a un ritmo más acelerado que los aportes de nuevos trabajadores, máxime cuando el Gobierno Nacional ha decidido ampliar la población beneficiaria de billones de pesos en subsidios. Solo le queda un debate en la plenaria de la Cámara, en medio de una nube de corrupción, al nuevo sistema pensional, y nada aparece en el camino para que cambie el rumbo de esta decisión, que ha sido avalada por los más expertos. La única discusión de profundidad es la idoneidad técnica de Colpensiones y cuál será el papel de los fondos de pensiones privados.
Está claro que los representantes a la Cámara nada harán en la plenaria y que la ley pasará a conciliación y luego a la Corte para que le dé la viabilidad necesaria para convertirse en ley y seguramente empezará a regir el 1 de enero de 2025; un año de alta temperatura electoral en el que todos deben estar vigilantes por el buen manejo de los recursos públicos.
Fue un enorme avance que el gran fondo de ahorro pensional sea administrado, con condiciones, por el Banco de la República, lo que le quita tentaciones al Gobierno de turno de convertir el ahorro de los trabajadores en dinero presupuestal. Queda el temor natural que el comité asesor para ese fondo sea conformado por personas que designe el Presidente, pero será un tema menor con la anuencia del Emisor.
Debe haber un proceso de gran sensibilización de cómo se pensionarán los colombianos por parte de Colpensiones, el Gobierno, y el mismo Banco, porque el cambio es bastante drástico y es inminente. Vale la pena recordar que el Proyecto de Ley de Reforma Pensional, al que le falta un solo debate, propone cuatro grupos en donde estarán todos los colombianos, aumentando la cobertura pensional casi a 100%: el pilar o grupo solidario, semi contributivo, contributivo y ahorro voluntario.
Por primera vez hay claridad de cómo se van a pensionar, por ejemplo, esos colombianos que alguna vez trabajaron, pero que por circunstancias de su vida dejaron de cotizar y ese dinero aportado se esfumó entre las cosas burocráticas.
El gran lunar es que es una reforma muy temporal, para 10 ó 20 años, y que en menos de dos décadas habrá que reparar o mejorar la decisión tomada por congresistas y respaldada por muchos centros de pensamiento. En menos de tres o cinco años, debe haber un aumento en la edad de pensión para hombres y mujeres, presionado por el envejecimiento de la población.