Editorial

Europa pone en juego su banco central

<p>La reunión del Banco Central Europeo se llevará a cabo mañana en medio de gran expectativa sobre las medidas</p>

El tema no es otro que el esperado plan de estímulo para reanimar la economía del viejo continente durante los próximo años. La tarea suena fácil si lo vemos con los ojos que evaluamos el papel de la banca central en países como Estados Unidos, Suiza o Japón, incluso Colombia, pero es un gran tema de análisis económico lo que va a pasar mañana cuando el Banco Central Europeo de a conocer sus iniciativas para poner a andar la alicaída economía de los países de la unión. El punto clave es el siguiente: ¿aceptarán todos los países un plan impuesto por una entidad aparentemente independiente en donde las asimetrías económicas son elocuentes?

Las respuestas viene de la mano de solo mirar que existen 19 mercados de bonos (tal como lo plantea Wall Street Journal) que van “desde Alemania, cuya deuda tiene una calificación de AAA, a Grecia y su estatus de deuda chatarra. Los rendimientos de la renta fija se ubican en mínimos históricos en buena parte de la región, lo que sugiere que no es mucho lo que el BCE los puede reducir”. El plan de estímulos se concentrará en la compra de bonos soberanos a gran escala, una jugada que pone a prueba la independencia de dicha institución, pues hay gobiernos que no están de acuerdo con esta medida, pues despertaría las presiones inflacionarias.

Está claro, en teoría económica tradicional, que la política monetaria no debería sustituir las reformas fiscales que necesitan los países de la zona euro. Será un día clave para ver las distancias del poder monetario versus el poder político, ambos frentes criados en los últimos años. Según el Bank of America Merrill Lynch, “el mercado contempla la intervención del banco central, cerca de un cuarto de los bonos soberanos de la zona euro, cuyo total ronda los 5 billones de euros (US$5,8 billones), ofrece un rendimiento negativo, comparado con una décima parte en octubre”.

Hay mucha expectativa en el mercado financiero sobre lo que suceda en la reunión, a tal punto que las bolsas de todos los continentes están nerviosas. Dice WSJ que “la posibilidad de que el BCE se embarque en un programa de estímulo de grandes proporciones ya ha repercutido en otros bancos centrales. El Banco Nacional Suizo, por ejemplo, se vio obligado la semana pasada a dejar de defender el tope que había fijado en el valor del franco frente al euro, lo que sacudió los mercados de divisas. El lunes, el Banco Central de Dinamarca redujo su tasa de interés de referencia de cara a la posible decisión del BCE (...) En un momento en que la inflación de la zona euro en 12 meses fue negativa por primera vez en cinco años y la economía del bloque, que ronda los US$13,2 billones, se expande a duras penas”. Claramente la reputación del emisor está en juego.