Hay que acelerar el Pipe 2.0 para no caer más
lunes, 3 de agosto de 2015
<p>Ceden los indicadores de la economía rápidamente en la entrada del octavo mes del año, el Gobierno deberá acelerar el Pipe 2.0.</p>
Julio cerró con malas noticias para la economía o por lo menos confirma la incertidumbre que se cierne poco a poco sobre los fundamentales económicos. En la reunión mensual de la junta directiva del Banco de la República se revisó a la baja el crecimiento económico previsto para 2015, los codirectores lo bajaron de 3,2% a 2,8%, que en términos cuantitativos no es mucha la variación, pero sí obedece a una tendencia que se viene observando desde el último trimestre del año pasado. Ni más ni menos: la economía colombiana presenta fuertes síntomas de desaceleración y enciende todas las alarmas para no caer en una zona de gran preocupación.
Las causas son las mismas que se diagnosticaron desde finales del año pasado:el fuerte impacto de la caída de los preciosdel petróleo, la caída en las exportaciones,la acelerada devaluación del peso y una resurrección sin precedentes de la inflación que ya se sale de madre, es decir de las proyecciones que el Emisor le había fijado al final del año pasado. El papel del Banco de la República no es otro que monitorear la economía y hacer intervenciones monetarias para mantener el poder adquisitivo del peso y no permitir que los precios tengan variaciones que afecten el bolsillo de los colombianos; pero el Gobierno sí juega un papel más importante o por lo menos diferente que consiste en brindar las condiciones adecuadas para que los negocios privados surjan y generen empleo que se transforme en consumo.
Por esta razón es urgente acelerar el plan contracíclico Pipe 2.0 que puso a andar el Gobierno, que aunque un poco tardío, sí se necesitaque entre a la economía y la construcción sea ese motor para no seguir cediendo en crecimiento.
Es clave recordar que un crecimiento de 2,8% es absolutamente raquítico para un país en desarrollo que necesita sacar de la pobreza a un alto porcentaje de su población. Para sostener el desempleo por debajo de los dos dígitos, la economía necesita crecer sostenidamente a tasas de 6%, una cifra que es un imposible en el corto plazo si no se adecuan las condiciones. Y por los lados del costo de vida las noticias no son mejores:por primera vez el Emisor acepta que la devaluación es un agente que suma a la variación al alza de los precios y ve cómo el aumento del IPC de este año sobrepasará 4%.
Dice la Junta que “la menor dinámica en la oferta de alimentos, la transmisión de la depreciación nominal a los precios al consumidor y el incremento en los costos de las materias primas importadas, explican en gran parte la aceleración de la inflación (...) La depreciación del peso y la persistencia de El Niño pueden postergar la convergencia de la inflación a la meta de manera directa y por la activación de mecanismos de indexación”.
No arranca un buen agosto y el Gobierno deberá hacer lo que debió hacer hace meses.