Editorial
Hay que avanzar hacia más bienestar
jueves, 18 de abril de 2013
Ya no ocupamos puestos deshonrosos en materia de pobreza, ahora hay que cuñar las reformas y avanzar a la paz
Ya no ocupamos puestos deshonrosos en materia de pobreza, ahora hay que cuñar las reformas y avanzar a la paz
El presidente, Juan Manuel Santos, reveló ayer el comportamiento de la distribución de los ingresos en Colombia, cuya medición con el Índice de Gini fue de 0,539 en 2012 mientras que en 2011 había sido de 0,548, una reducción notable en muy poco tiempo. Esos son los datos fríos que no le dicen mucho para la gente común y corriente, pero que detrás de ellos hay un buen comportamiento de la distribución de los ingresos y disminución de la pobreza. Colombia es ahora el segundo país en reducción de la pobreza en América Latina, y el segundo entre 48 países de todo el mundo que más redujo el Índice.
El porcentaje de personas en situación de pobreza fue de 32,7%, lo que quiera decir que unos 33 colombianos de cada 100, viven en pobreza. En las áreas metropolitanas la cifra desciende a 28,4%. Si hay una reducción en el número de pobres en más de 428.000 personas para el total nacional, mientras que en las cabeceras urbanas fue de 520.000 y en el resto de 92.000 personas. Estas cifras hacen que Colombia pase de ocupar el sexto puesto con la peor distribución del ingreso en el mundo al puesto diecinueve. Y en América Latina pasó del tercero al séptimo lugar. Es una tarea que se empieza a ver.
En las zonas rurales la tarea está por hacer, pues según las cifras la pobreza afecta a casi la mitad de la población, incluso suben: en el campo la pobreza subió al 46,8% en 2011 el porcentaje fue de 46% y la extrema pobreza del 22,8%. La pobreza multidimensional es evaluada en cinco valores donde los hogares colombianos podrían estar en situación de privación: condiciones educativas, situación de la niñez, trabajo, salud y servicios público. Son justamente en esos aspectos en los que se deben concentrar las políticas públicas de mejoramiento, pues de nada se vale que el ingreso per cápita haya alcanzado un promedio de $500.531, si el bienestar general sigue en deuda.
Es muy bueno que la pobreza haya disminuido en un momento crítico para la economía mundial y loable que esto haya ocurrido en poco tiempo, pero el Gobierno no se debe conformar con las cifras y la llamada pobreza monetaria que estima los ingresos. Hay que mejorar la calidad de vida y el bienestar de la población, solo eso garantiza que los colombianos tengan mayores seguridades hacia el futuro, que aumenten los créditos y que los problemas económicos sean más llevaderos. No se puede ocultar que la economía social del Presidente le está dando resultados, a pesar de que muchos empresarios vean o sientan las cosas de otra manera. En la administración Santos está cuñar las reformas económicas y solidificar los avances, y los actores sociales depende que esta buena gestión se redondee con un acuerdo de paz que derrote a los guerreristas.