Editorial

Hay que estar atentos a las cifras del empleo

<p>Es normal que la generación de empleo se resienta en tiempos de bajo crecimiento de la economía aún afectada por los bajos precios del petróleo.</p>

No es un secreto que la economía presenta un bajonazo en crecimiento frente a los años anteriores, en concordancia con lo ocurrido en la región, aunque mucho menor que el descenso de otros países, al punto que según la Cepal, para este año la tasa para Latinoamérica es nula, en tanto que para nuestro país sería un nada despreciable  2,5%. En ese orden de ideas, es de esperar que el  empleo se resienta, lo cual debe llevar a que los datos sean revisados con extremo cuidado para poder tomar las medidas del caso y corregir en lo posible la situación, pero sería un error tratar de tapar la realidad o solo detenerse en análisis puntuales.

La fotografía de las cifras mensuales es importante, pero en momento alguno puede ser tomada como la señal de una tendencia, lo cual debe ser claro para la entidad que maneja los datos como para los analistas, estudiosos y el mismo gobierno. El objetivo no debe ser otro que buscar salidas a los problemas y sin duda el desempleo es una prioridad. Por ejemplo, los datos por trimestre permiten darse idea más global del asunto al corregir distorsiones de los períodos muy cortos que se afectan por fenómenos varios. De la misma manera, al interior de la cifras, la metodología tiene sus “secretos” que explican comportamientos especiales. Así, una caída en la tasa de desempleo no necesariamente significa que baje el número de desocupados o aumente el de ocupados, pues puede ser resultado de un alza de la población económicamente inactiva, que incluye a quienes han decidido no buscar empleo porque han perdido la esperanza de lograrlo, están dedicados a labores domésticas o al estudio. Así, el asunto no es culpa de las cifras sino que merece una interpretación adecuada. 

Concretamente, en el trimestre marzo-mayo se dio un aumento de los inactivos que pasaron de 13.160.000 a 13.620.000 de personas frente al año anterior, esto es, hoy tenemos 460.000 más que en 2015 y se debe encontrar la razón de que ello ocurra. Y los análisis siguen: en Bogotá hay solo 8.000 ocupados más que hace un año y hay 364.000 desempleados y la tasa de desocupación baja; en Medellín hay 20.000 ocupados menos que hace un año y 50.000 inactivos más. Cali, por el contrario registra un aumento en el empleo de 29.000 plazas, en Barranquilla se perdieron 10.000 empleos y en Bucaramanga se perdieron 30.000 en el ultimo año.

Hay un tema que merece una explicación seria y contundente, que nace de la misma revisión de las cifras sectoriales: la industria manufacturera que ha repuntado en forma sobresaliente en los últimos meses perdió el último año 187.000 empleos y la construcción dejó de ocupar a 55.000, cuando es una de las prioridades de corto plazo. Las diligentes ministras de esas áreas y sus equipos técnicos deben encontrar las causas y plantear opciones.