Editorial

Ideas para repatriar talento

“Se dice -y es muy cierto- que en nuestro país a nadie se le niega el título de “doctor”… No hay que ser médico ni haber estudiado un doctorado -que son los dos únicos casos en que este título es adecuado-. Basta con ser profesional o usar corbata para ganarse este honroso apelativo. Pensaba en esto mientras revisaba los detalles de este importante programa que lanzamos hoy, con el cual buscamos traer de vuelta al país a todos esos cerebros fugados que, por diversas circunstancias, se encuentran ejerciendo sus profesiones y realizando sus investigaciones fuera del país”. Con estas palabras el Presidente socializaba uno de los proyectos que pueden transformar el sector productivo colombiano, y más aún, la educación.

A través de Colciencias, el Gobierno le dará el apoyo a los colombianos que hayan obtenido título de doctorado en universidades extranjeras y quieran aportar al desarrollo social y económico del país. Se financiarán estancias posdoctorales en universidades, centros de desarrollo tecnológico y empresas, por todo nuestro territorio. El apoyo contempla sostenimiento mensual -libre de retenciones- durante dos años, beneficios tributarios y el cubrimiento de los gastos de instalación. Se tiene previsto financiar con hasta $150 millones -en cada caso- el desarrollo de los proyectos de investigación en los que se enmarquen las estancias posdoctorales.

Findeter, el Fondo Nacional del Ahorro, Icetex, Bancolombia, Codensa, Mazda, Telefónica y Seguros Sura, entre otras empresas, se han unido a este propósito que redundará en beneficio de la estructura empresarial. Dijo el presidente Santos que en la actualidad más de 3.000 colombianos, entre los 25 y 35 años, altamente calificados están desempeñando actividades de investigación e innovación en universidades, laboratorios e industrias en otros países. Sin duda algunas es un programa de alto calado que si resulta efectivo podrá mejorar el pésimo nivel educativo de los colegios, las universidades y de mucha de la industria nacional que no produce una patente en años.

Es una loable iniciativa jugársela por la educación de alta calidad, mayor innovación y atraer a los nacionales que por distintas circunstancias trabajan en otros países; pero no debe olvidarse a los ‘cerebros no fugados’, a los doctores que están metidos en las universidades, a los directores de centros de investigación empresarial y a todos esos jóvenes prometedores que no han podido hacer su doctorado, MBA, especialización o un mínimo diplomado aquí en Colombia. Por las circunstancias económicas del país, nuestros talentos deben trabajar y estudiar y pagar altos intereses a las cooperativas y a la banca comercial para poder hacer un curso de superación. Está bien por lo de ‘repatriar talentos’, pero también trabajemos por los que no se han ido.