Editorial

Importancia de un buen relevo en la Dian

<p>Más allá del cobro de impuestos, es en las tareas de la aduana en donde más retos tiene el nuevo director de la Dian.</p>

La designación de un nuevo director para la Dian en reemplazo de Juan Ricardo Ortega había generado expectativa entre los agentes económicos por la importancia adquirida del cargo para optimizar los ingresos, lo que significa como ejemplo de transparencia y moralidad en el manejo de los asuntos públicos y porque la institución es un referente de buenas prácticas frente a los organismos internacionales y la misma Ocde a la que el país está en proceso de ingresar. Por eso, la designación en el cargo del actual ministro de Comercio, Santiago Rojas Arroyo, fue bien recibida porque garantiza la continuidad del rumbo que trae la Dian en los últimos años y brinda toda la confianza a los contribuyentes. Su cercanía con Santos, recorrido y experiencia, incluyendo haber ocupado ya la dirección de la entidad no dejan duda en tal sentido.

Hay que llamar la atención acerca de los nuevos retos que deberá enfrentar el segundo mandato de Santos y cuya responsabilidad recaerá tanto en el ministro de Hacienda como en el mismo funcionario. En la edición del sábado anterior hicimos referencia a ellos, de acuerdo con la opinión de los expertos: la nueva reforma tributaria que el gobierno tramitará en el Congreso, la administración de los recaudos para alcanzar el cumplimiento de las metas, la necesaria y permanente tarea contra la corrupción y el contrabando.

Los anteriores son todos importantes, pero hay uno, el contrabando, que merece una consideración especial que aunque no es meramente responsabilidad de la entidad, su impacto en las finanzas públicas es evidente por cuanto sustrae una porción no calculada, pero si significativa, de los ingresos públicos en particular en rubros como aduanas e IVA, pero además porque impacta el proceso productivo al convertirse en una competencia desleal y dañina. El fenómeno además estimula la informalidad urbana y es una fuente de la delincuencia organizada.  

El contrabando es un problema que azota al país facilitado por los recursos del narcotráfico que lo financian y los gobiernos han adoptado distintas medidas para combatirlo con éxito relativo. En el pasado, cuando la economía usaba los altos impuestos a la importación como mecanismo de protección de la industria nacional, resultaba evidente que ese diferencial de precios estimulaba la entrada ilegal de bienes al país y ahora que se ha liberado el comercio y reducido la tributación al comercio exterior, también existen factores que lo estimulan y promueven.

Las medidas policivas son importantes, pero no deben ser las únicas. El conocimiento de la información y los flujos financieros son una clave para lograr prevenir y llegar a los verdaderos centros que lo financian y lo facilitan. Para ese efecto, la Dian debe continuar con su tarea de modernización y acumulación de datos.