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Independencia, prueba ácida de la junta directiva

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La renuncia de dos miembros de la junta de Ecopetrol pone a prueba la verdadera independencia de estos cuerpos directivos y corresponsables frente a los accionistas

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Diario La República · Independencia, prueba ácida de la junta directiva

Una junta directiva es un cuerpo de control, gobernanza, supervisión, decisorio y responsable de una empresa, corporación, entidad o institución, que cuente con políticas de gobierno corporativo; cuando las entidades están inscritas en bolsa o vigiladas por alguna entidad de control. La junta directiva es una obligación y debe estar integrada por miembros externos, socios, accionistas, asesores, consejos de familia, entre otros, con objetivo de tomar decisiones de estructura organizacional, nuevos negocios, aliados, estrategias, revisar resultados, pero ante todo, trabajar por los buenos resultados de la empresa y el futuro y continuidad de una organización.

El tema viene a colación por la renuncia de los dos miembros independientes de la junta directiva de Ecopetrol, Juan José Echavarría y Luis Alberto Zuleta. Como consecuencia de la postura que tomó la estatal petrolera de no adquirir la participación sobre los activos del Proyecto CrownRock, propiedad de la Occidental Petroleum Company, Oxy, en la cuenca del Permian en Estados Unidos.

Claramente, su renuncia estuvo motivada por las consecuencias que traerá tal decisión, de cara con los intereses de los accionistas, quienes aumentaron sus capitales esperanzados en los buenos negocios del petróleo hacia el futuro. Las razones de su salida como miembros de junta es que “creemos que el proyecto era fundamental para proteger el futuro de Ecopetrol y el de más de sus 250.000 accionistas, por las razones expuestas en este documento, y su no aprobación motiva nuestra renuncia a la Junta Directiva de Ecopetrol S.A”.

Dicen los renunciantes que “el 31 de julio de 2024 nos informaron que, en una reunión informal en Piedecuesta, Bucaramanga, el presidente Gustavo Petro había manifestado a Ricardo Roa y a varios miembros de la Junta no estar de acuerdo con el Proyecto por tres razones fundamentales: se invertía en fracking, significaba endeudar más a Ecopetrol, e implicaba enviar recursos desde Colombia al exterior”.

Argumentación que pone en tela de juicio la verdadera independencia de la Junta de Ecopetrol. Lo mismo sucedió hace un par de semanas al interior de la Junta de ISA, subsidiaria de Ecopetrol, que eligió como nuevo CEO a Jorge Carrillo en medio de grandes desencuentros. Lo que devela que las decisiones en ambas empresas se toman externamente, en este caso desde la Casa de Nariño, sin respetar la probidad o independencia de la junta directiva.

Es un claro golpe de Estado a las empresas, de quienes sus CEO deben aclarar si verdaderamente tienen juntas directivas independientes, tal como dictan los gobiernos corporativos. Todos los miembros de juntas directivas deben responder, incluso con su patrimonio, sobre las decisiones que toman en las empresas de las que son responsables; hay mucha literatura académica sobre estos hechos o postulados, y en el caso de las empresas industriales y comerciales del Estado, es elemental -tal como lo recomendó la Ocde- no existan miembros de junta que sean funcionarios del Gobierno Nacional.

Hay un momento de éxito de las empresas y es cuando las juntas se deben a la compañía, no a sus socios y accionistas; en pocas palabras, trabajan para los intereses que garanticen el éxito de los negocios. Siempre las empresas que perduran tienen más junta directiva que presidentes o gerentes, pues ellos son los verdaderos responsables de los éxitos y fracasos.

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